Javier Andrade C.
La historia del futbolista amateur Javier Mansilla traspasa fronteras. Desde abril pasado, recorre por diversos medios de transporte, incluyendo el infaltable "a dedo" para salir de su hogar en la comuna de Palena, atravesar la frontera en el paso de Futaleufú, hasta cruzar el límite que los separa con la localidad de Fontana en Trevelín, provincia de Chubut.
Aquello lo hace semanalmente para llegar a alguno de los entrenamientos de su equipo, el Fontana del campeonato provincial de la Patagonia argentina; se demora dos horas aproximadamente para hacer este recorrido.
Y es que este chaitenino, de 28 años, contó sus aventuras a un semanario de país trasandino (Diario Jornada) para relatar todo lo que ha hecho para practicar su pasión, ya que en su país se le habían cerrados las puertas para competir.
En mayo del 2008, junto a su familia debió arrancar desde su tierra con el volcán que destruyó el pueblo donde vivió, con apenas 18 años, con destino a Puerto Montt. Su casa fue destruida por el paso de las cenizas que la inutilizaron.
"Allí jugaba en un equipo que se llama Piedra Blanca del campeonato de la XI Región, tenía dos regionales en el cuerpo en selecciones infantiles y juveniles de Chaitén, pero mi anhelo estaba llegar a Deportes Puerto Montt, pero el aislamiento nos impedía cumplir esos anhelos de joven", recuerda.
Mansilla jugó en Tricolor, en Estrella del Sur de Castro y en la Universidad de Los Lagos en la que se proclamó campeón en el 2011, el mismo plantel que tuvo entre sus filas al accidentado Jonathan Barría; posteriormente tuvo un paso por Modelo Unido, hasta que recaló en la liga de los barrios, específicamente en el Dínamo Austral.
Con 25 años, en el 2013 estuvo a prueba con los Delfines que dirigía Gerardo Silva, pero fue rechazado para arribar al cuadro de honor; le ofrecen probar suerte en el CAI de Los Muermos, en la que aún sigue inscrito e incluso ha participado en dos regionales.
A través de un contacto con dirigentes, en abril asistió a las primeras prácticas y para ello camina al cruce con Carrenleufú. Del lado argentino, se sube a un micro que lo transporta hasta el Pueblo del Molino. "Trabajo en una empresa distribuidora eléctrica en Palena, con turnos de lunes a jueves, salgo a las 15.30 horas y en mi bicicleta agarro mi bolso y me voy a dedo hasta la frontera, para cruzar y arribar hasta Trevelín. Mis compañeros me van a buscar hasta el lugar, todo por un total de 2 horas".
El "Pexocho", como lo apodan sus amistades, se encuentra por estos días en etapa de pretemporada, pero además ha debido cumplir funciones durante los fines de semana. Por ello practica a distancia -vía Whatsapp- apoyado por el preparador físico de Fontana, en el área de pesas y coordinación, para seguir esta semana con el trabajo en balón", asegura este lateral volante quien explica que se está jugando una liguilla para clasificar a un federado en la liga de Chubut.
Asegura Mansilla que no siempre lo pueden ir a buscar hasta el lugar y una vez le ocurrió que casi le cerraron la frontera chilena, después de un partido que había disputado el fin de semana.
El chaitenino es un agradecido de toda la dirigencia y de la hinchada de Fontana. "Me han tratado espectacular, nada que decir, el grupo es amigable y lo que más rescato es la humildad de su gente; pero si se me abre una alternativa de jugar en algún club más grande, sería un premio que no dudaría en tomar", explica.