Secciones

Denuncias, suicidios y salidas de curas: los dolores que tuvo la "era Caro"

RECUENTO. El ahora arzobispo emérito se defiende de las críticas que apuntan a que su actuar fue débil en temas que remecieron a la Iglesia.
E-mail Compartir

Redacción

L La salida de Cristián Caro Cordero del Arzobispado de Puerto Montt y la designación del administrador apostólico, Ricardo Morales Galindo, provincial de la Orden de la Merced, marcó la semana.

El que el Papa Francisco haya aceptado su renuncia, dio paso a una serie de especulaciones acerca de las verdaderas razones de su alejamiento del cargo, más allá de haber presentado su renuncia tras cumplir los 75 años. Porque Caro deja su cargo junto a su par de Osorno, Juan Barros, acusado de ocultar los abusos de Karadima; y a Gonzalo Duarte, cuestionado también por este mismo tema. De ahí las especulaciones.

La cercanía de Caro con Barros aparece como uno de las razones de mayor peso para determinar la salida del arzobispo de Puerto Montt.

Si bien no hay denuncias formales en contra de Caro Cordero, sus detractores, como el diputado Fidel Espinoza (PS), lo acusan de ocultar información y de descalificar a los laicos de Osorno que clamaban por la salida Barros.

Teoría con la que coincide el historiador y experto en Iglesia, Marcial Sánchez, quien da cuenta de la cercanía existente entre Caro y Barros. "Y como el Papa no quiere tener ruido en este tema, definió que ambos dejen sus cargos".

A Caro se le cuestiona no haber prestado la atención suficiente a las víctimas y de no considerar la gravedad de las acusaciones, algo que él mismo se encarga de desmentir al tiempo de asegurar que cada vez que se presentaron denuncias, hizo todo lo que correspondía.

Esto se suma a que en sus últimas apariciones públicas, cuestionó los abusos sexuales a menores e incluso criticó la formación actual de los sacerdotes en los seminarios.

Críticas

Como suele suceder en este tipo de casos, la figura y el rol que cumplió Caro frente a situaciones como los abusos sexuales a menores de parte de sacerdotes, es algo que genera distintas visiones, incluso desde el interior de la propia Iglesia.

"Pero no se las llevará fácil, no se irá por la puerta ancha como él pretende", dice un sacerdote local que pide resguardar su nombre, al ser consultado por lo que algunos califican como desaciertos al frente de la Iglesia Católica de Puerto Montt.

Junto con el sufrimiento de todos los católicos de Chile, también lo estaba el de la Arquidiócesis de Puerto Montt, porque por un largo período ha sufrido la pérdida de muchos sacerdotes por los más variados motivos. Razones que en el último período, fueron dadas a conocer por la Arquidiócesis mediante un comunicado; pero sin entrar en mayores detalles.

En la interna se reconoce que los sacerdotes comenzaron a dividirse. Incluso dicen que se creó una especie de "círculo de hierro" en torno al ex arzobispo. Ellos aconsejaban, orientaban y apoyaban a la autoridad eclesiástica, comentan.

En los últimos años, se han retirado o trasladado opositores a la gestión de Caro, como los dos de la Parroquia Cristo Crucificado, otro de la Padre Hurtado, uno de Alerce, y otro excomulgado, entre otros, de la "lista de pérdidas" de monseñor Caro.

¿Las razones? Siempre fueron escuetas. Lo que dio pie a especulaciones.

Ahora, hay ciertos casos particularmente polémicos, que a través de un comunicado, ayer Cristián Caro intentó explicar.

Por ejemplo, se le acusa de no ejercer ninguna acción en casos como los del ex párroco de Calbuco, Francisco Núñez, acusado de mantener relaciones sexuales con adolescentes. "Me comuniqué a principios de enero con el señor nuncio, dándole a conocer esta situación, quien me pidió que le hiciera llegar dicho documento, lo que cumplí prontamente", señala.

Luego expone que "el 24 de mayo, el arzobispo suspendió del ejercicio del ministerio sacerdotal al padre Núñez".

En entrevista con este Diario ayer, Núñez reiteró su inocencia.

Respecto del caso de Marcelo González, a quien se le acusa de haber abusado de menores de edad, Caro puntualiza. "Dichas denuncias no pasaron por el Arzobispado de Puerto Montt ni por mí", y agrega que fue el Nuncio quien le comunicó la situación.

Lamentos

Durante su gestión, monseñor Caro tuvo que hacer frente a una serie de lamentables episodios, como el de Rimsky Rojas, quien producto de una depresión se quitó la vida.

El hecho ocurrió luego que lo relacionaran con el crimen de un joven en Punta Arenas (2011).

El asesinato del padre Benedicto Piccardo (2006) es otro de los hechos que marcó su período. Lo mismo que el crimen de quien había sido secretario y canciller de Caro, Cristián Fernández, quien fue apuñalado en Chillán, en enero 2014.

Todos fueron despedidos con emotivas misas, pero nunca se aclararon por parte de la Iglesia, las dudas que rondaron estos casos. Sólo hubo conclusiones judiciales.

Opositor

En julio del 2007 se conoció el primer opositor "público" de Caro, excomulgado de la Iglesia Católica. "Por el bien de la Iglesia, imponer la dimisión del estado clerical y de la Orden Ciervos de María, a Fray Domingo Dagoberto Faúndez Millar, concediéndole la dispensa de todas las obligaciones inherentes a la Sagrada Ordenación Sacerdotal", decía el Decreto.

Faúndez acusó a Caro de "prepotente, orgulloso, mentiroso e inmoral". Sus adherentes protestaron frente a la Catedral.

En su respuesta, Caro lo acusó de "desobediencia" y las especulaciones apuntaban a que la justificación de su salida radicaba en que Faúndez había defendido de manera pública a uno de los asesinos (Alex Escalante) del padre Benedicto Piccardo, ex rector del Liceo de Hombres.

Una década más tarde, Faúndez -en entrevista con El Llanquihue- perdona a Caro. Dice estar tranquilo, aún cuando reconoce que los recuerdos no los borra, como los bienes inmuebles que le fueron confiscados y nunca aclarados. "Me trataron de loco, pero lo que yo decía, era la verdad", adujo.

- ¿Cree que de esta manera se comienza a limpiar la Iglesia?

- Pero la limpieza no será total. Es bueno que se haga porque le hacen daño a la Iglesia. A mí me acusaron de desobediencia, porque me opuse a seguir ciertas cosas, pero me encontré con una mafia que hoy debe andar como tortuga con la cabeza escondida.

Pese a estar fuera, a Faúndez le duele lo que ocurre con la Iglesia, que "esté caída y avergonzada por todos los sucesos. Para mí no es novedad. Cuando yo hablé en su momento me trataron mal, la jerarquía me trató mal.

Para que haya justicia tiene que haber verdad y no mentira, y monseñor mintió y la mentira lleva al error y a la injusticia".

- ¿A quienes se refiere?

- A su círculo.... Hay varios que lo rodean y lo protegen.

-¿Cómo recibió la convocatoria del Papa por los abusos?

- Me duele, porque soy parte de la Iglesia, aunque digan que no, pero por todos los sacramentos es innegable. No pueden negarme, me duele que la Iglesia esté caída, esté avergonzada por todos los sucesos, por Chile y el mundo entero.

- ¿ Por qué cree que monseñor Caro es un encubridor?

- Muchos lo relacionan con el caso de Karadima. Aquí hubo casos desconocidos. Yo una vez me negué a participar en la ordenación de Cristián Fernández, porque se sabía que había situaciones contra la moral. Entonces, me dijeron que el jefe manda, y yo tenía que obedecer y ese terminó asesinado...