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Separados dentro de la misma ciudad: historia de un reencuentro

EMOTIVIDAD. Una enfermedad grave llevó a mujer a buscar desesperadamente a su padre. Ayer cumplió su sueño.
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Mirta Vega Barría

Lo que podría ser una novela estilo mexicana, conmovió a Carabineros, pasando a ser una bendición dentro de tantos problemas de inseguridad que tienen que atender en estos últimos años en la ciudad.

La historia del alejamiento se remonta a varios años atrás. Terminaba la década de los 70', y estando en su trabajo -en una bencinera en pleno centro de la ciudad- José Antonio Pineda entabló gran amistad con una compañera de labores. Eran dos jóvenes y entre salida y salida se hicieron muy amigos, y la amistada cada vez fue más profunda y en una salida de fiesta "pasó lo que pasó y nace este regalo: Karina", dice el hombre.

Cuando su amiga le dijo que estaba embarazada, él asumió su responsabilidad, reconociéndola legalmente y ayudándola siempre. Nunca vivieron como pareja, y un día se terminó toda la relación, "porque ella me lo pidió y me dio a entender que estaba pololeando. De ahí, la perdí de vista a mi hija, cuando Karina tenía meses", dice el hombre. Eso fue en 1982.

Luego, se hizo navegante y pasó muchos años recorriendo los mares del mundo, y sólo llegaba a Puerto Montt una o dos veces al año. Así pasaron los días, seguramente en más de alguna ocasión se habrán cruzado por las calles de la ciudad sin verse hija y padre.

"Mi madre nunca me habló de mi padre y falleció a los 37 años sin que yo supiera la verdad. Yo tenía 11 años y quedé con mi abuela materna viviendo en Puerto Montt", cuenta Karina Pineda.

Acercamiento fallido

Es una historia novelesca para los mismos personajes. Hace algún tiempo Karina estuvo estudiando en La Araucana y tenía una compañera de curso que trabajaba en una casa donde prácticamente era un miembro más de la familia. Una familia de apellido Pineda.

Un día, Karina fue a estudiar a la casa de Los Pineda y por los apellidos, sacando cuentas, José Antonio se dio cuenta de que Karina era su hija y se lo contó.

La joven no reaccionó, fue muy fuerte la confesión, por lo que la tomó tan de sorpresa que se quedó "helada, fría, sin reacción y sin decir una palabra. Esto ocurrió hace 10 años y entre la atención de su hija, marido casa, estudios, se distrajo de esa sorpresa. Por su parte, su padre no quiso incomodarla, por tanto la miraba desde lejos en el supermercado donde trabajaba.

¿Cuándo salen las ganas de en reencontrarse? Todo pasó hace un año, dice Karina. "Me detectaron un cáncer y creo que por amor a Dios pensé en sus palabras: 'Honrarás a tu Padre y Madre'. Independiente a a la vida que le tocó vivir, si no hubiera sido por él no tendría la hija hermosa que tengo", reconoció.

Karina sentía la necesidad de pedirle disculpa por no expresar sentimientos cuando lo conoció. "Eso me motivó a buscarlo por intermedio de una amiga que me ayudó a través de Carabineros", revela. Hace algunos días aparece el suboficial Isaac Cubillos, jefe del Retén de Correntoso, quien rastreó el nombre de José Antonio Pineda y pudo ubicarlo.

La historia terminó con el reencuentro ayer. "Es un regalo de Dios, por todo sufrido, a los 35 años con dos operaciones de cáncer y hago esto porque es la única herencia que le puedo dejar a mi hija", los valores espirituales, familiares, dice Karina.