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Las dudas que deja en el clero puertomontino la inminente salida del arzobispo Cristian Caro

ANÁLISIS. Párroco Rosiel Ruiz pide que quien llegue a reemplazar a Caro debe tener la madurez suficiente para pedir cuentas a los "sacerdotes de sus actos". Otros religiosos acusan que la falta de transparencia complicó a la Iglesia.
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Mirta Vega

Lo que se ha dicho desde hace mucho tiempo en Puerto Montt, es que al interior de la Iglesia hay problemas relacionados con abusos. Sin embargo, pese a que el arzobispo Cristian Caro ha sido consultado por ello, no ha confirmado denuncias.

Sí ha trascendido, entre muchas cosas, que "monseñor no escucha". Que siempre pidió callar. Verdad o mentira, sólo los sacerdotes y el Papa lo podrían saber.

Muchos miembros del clero callan, no hablan, ríen, pero otros se atreven a contar cosas, como que hay "casos por solucionar", dice el párroco Rosiel Ruiz.

Pero para que se acabe la crisis, "primero tiene que irse el obispo y el que llegue tiene que tener la madurez suficiente para pedirle a esos sacerdotes cuenta de sus actos".

La reprimenda del Papa, en cuanto a indicarles que "se olvidaron de Dios", dice Ruiz, les va a servir "porque había mucho orgullo en la gran mayoría, incluyendo a monseñor Caro. Este estaría renunciado, pero tiene que arreglar cosas administrativas, y en lo valórico ya no tiene nada que hacer porque no lo hizo. Ya no tiene nada que hacer, más que firmar algunas cosas".

El presbítero de Puerto Chico recuerda cosas de su mandato, "es cuestión que se enumeren cosas, lo que pasó con Picardo (cura asesinado en 2007), ¿no sabía nada de eso? ¿no sabía nada de lo que pasaba con Domingo Faúndez (expulsado de la Iglesia)? ¿no sabía nada de lo que pasaba con Jaime Villegas? (procesado por abusos), ¿no sabía nada lo que pasaba con Cristián Fernández? (sacerdote asesinado en 2009). Si no sabía, entonces era porque no estaba llevando nada bien las cosas o tenía mucho interés para que no se sepa"

A quien le cuesta hablar del tema es a Marcelo Torres, quien fue párroco de la Parroquia Padre Hurtado. Pero tiene una visión política de los hechos "muchos ya tenían el tiempo de renunciar por cumplimiento de edad canónica, pero fue estrategia política de pasarle la pelota al Papa para que él decida y la responsabilidad la tenga él, porque si pone a un obispo que tenga su pasado y algo pasa, después le echarán la culpa Papa. Es algo más político que pastoral, una forma de decir: aquí está el cargo y usted decide quién se queda y quién se va".

El sacerdote tiene grandes esperanzas que habrá a futuro un buen trabajo con los sacerdotes "buenos" y con "los malos". Y cree que se están resolviendo los casos.

"Caro se limpió las manos antes de partir a Roma. Hay sacerdotes que están en proceso", cuenta.

Uno de los antiguos diáconos que también ha tenido sus aprehensiones con monseñor Caro es Jaime Díaz, quien avaló las palabras del Papa y en forma genérica cree que "nos quedamos con la imagen de Dios hombre y no hombre Dios, el Dios verdadero es amor y no hace daño, no busca el mal de nadie. Al contrario, es el gran pastor y da la impresión que estuvo ausente".

Asimismo cree que es el momento de un cambio profundo, que "realmente tengamos pastor, con olor a oveja, siempre debió haber sido así y aflorado la verdad y aunque duela y la verdad tiene que salir no se debe ocultar lo que se ocultó". Según Díaz, el obispo que llegue tiene que conocer al clero y tomar resoluciones después de haberlo conocido y no dejarse llevar por lo que se dice. "Yo he tratado siempre de decir la verdad, pero para algunos puede que no sea verdad, pero uno se queda tranquilo consciente de haber colaborado diciendo la verdad, aunque sea dolorosa".