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Renunciar fue "muy prudente e inteligente", dice padre Leandro Serna

REACCIÓN. Vicario general adjunto explicó los alcances de la inédita decisión tomada ayer por los líderes de la Iglesia a nivel nacional y afirmó que todo ahora está en manos del Papa Francisco. MOVIMIENTOS. Todos coinciden en que el Papa deberá resolver el futuro de los obispos, para lo cual llaman a rezar".
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mirta.vega@diariollanquihue.cl

La comunidad católica reaccionó ayer de diferentes maneras a la renuncia de toda la Conferencia Episcopal de Chile (CECh). Los fieles que despertaron con la noticia necesitaban una explicación. Y fue el vicario general adjunto, padre Leandro Serna, quien aclaró la situación de las renuncias de los obispos chilenos, durante la misa de mediodía celebrada en la Catedral.

Ante la buena asistencia que hubo al templo metropolitano, el párroco rescató los graves problemas que tuvo Jesús y sus apóstoles, quienes eran considerados unos bandidos, hasta que entendieron que la Iglesia es servidora, humilde, y que a través de los siglos se consideró triunfadora.

"Es allí donde estuvo la falla", dice el padre Serna, por lo que ante los graves hechos que vive la Iglesia "me parece muy oportuna la decisión de los obispos".

La renuncia masiva, que para muchos puede ser un retiro obligado e impuesto, significa para la Iglesia que los obispos dejan en libertad al Papa para decidir "porque un obispo es un sucesor de los apóstoles y el Papa es de San Pedro. Entonces, un obispo diocesano, puede renunciar. De acuerdo al nuevo código, se le recomienda y se les pide, pero no se le puede obligar a renunciar. En este caso, en vista del problema que le toca al Papa, han pensado muy bien esto. Y, de acuerdo con eso, presentar la renuncia voluntaria, porque dejan en manos del Papa la decisión final".

Esta es una medida, a juicio del vicario, "muy prudente, muy inteligente y de fraternidad con el Papa, que es al que le toca resolver el problema en último término. Lo dejan en libertad de acción".

Medidas

El futuro de la renuncia del obispo de Osorno, Juan Barros, sindicado como encubridor de los aberrantes abusos sexuales del cura Karadima, aún es un misterio. Sin embargo, para Serna el lío es más importante que Barros: "Es un problema de un obispo de toda la Iglesia y por eso dejan en libertad de acción al Papa".

Después de esta renuncia, y un nuevo texto dado a conocer, tiene que venir la aceptación o rechazo de esas renuncias. El padre Serna cree que eso puede tomarle mucho tiempo a Francisco.

"Estas renuncias significan que están dispuestos a cooperar con el Papa en la solución de los problemas. No están en contra de nadie o a favor de nadie, para eso lo dejan en libertad de acción. Ahora le toca aceptar o no la renuncia y nombrar sucesor", dijo, respecto a la actitud de la Conferencia Episcopal.

Si alguien pensó que pudo ser una reacción rebelde, no lo es. Serna anota que "es una medida razonable, lógica y de interés en apoyar; mínimo no poner trabas. No significa que los obispos se hayan molestado, de ninguna manera. Sólo que le dicen que están dispuesto a apoyar con el Papa", dice quien en sus 63 años de sacerdote no tiene conocimiento que haya sucedido en Chile y en el mundo una situación de similares alcances.


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Hervat Bächler y Ana Cristina Osorio, coordinadores del movimiento Apostólico de Schoenstatt, dicen que permanecen fieles y en oración. Para graficar lo que acontece con los obispos chilenos, se refieren a parte de un texto de su fundador, el padre José Kentenich, quien se refiere al peligro de una barca en el lago de Genezaret: "En medio de la tormenta, la Iglesia quiere recalar en todos los continentes y en todos los lugares, para buscar a los llamados por Dios que anhelan un lugar permanente en esta barca".

Para el presidente de los Guardias Papales, Hernán Vargas, la situación sigue estando en una pieza oscura.

"No sabemos qué hay dentro, para mí no han sido claras las cosas. El Papa debió haber cortado a los acusados, pero no al resto, uno no sabe nada", dijo el dirigente, recordando que de la Arquidiócesis de Puerto Montt, se han ido muchos sacerdotes y "todavía no sabemos la razón.

Monseñor Caro debía haber informado por eso, porque la iglesia no sólo es jerarquía, los laicos tenemos una cuota dentro de ella, porque movemos toda la pastoral. La iglesia sin pastores no es nada, pero sin laicos también".

Quien lidera el movimiento cristiano Cursillo de Cristiandad, Verónica Soto, cree que los sacerdotes actuaron en conciencia. "Creo que el mismo texto que se les entregó los hizo recapacitar y por eso se les vio después más confiados. Y a lo mejor, a través de esa carta, entendieron lo que debían hacer y que fue dejar libre al Papa para que decida".

También, está plenamente de acuerdo con las renuncias el palestrista Sandro Pérez, "porque así dejan en manos de nuestro Santo Padre la decisión. Todos los católicos debemos rezar para que la decisión que se tome, sea la mejor para poder restituir la confianza en nuestra Iglesia. Se deja en claro que esto será un trabajo diario de todos nosotros."