Aseguran que Ley Chaitén frena desarrollo de la capital de Palena
10 AÑOS DE LA ERUPCIÓN. Pobladores afirman que norma diseñada para vender propiedades al Estado tiene detenida la inversión y construcción habitacional.
Ni siquiera se sabía que era un volcán. Hace 10 años un enjambre sísmico precedió a una repentina y violenta erupción, que el 2 de mayo obligó a evacuar a la capital de la Provincia de Palena. Fue el despertar del hasta entonces desconocido volcán Chaitén.
La totalidad de los habitantes abandonaron la ciudad, y un desborde del río Blanco, ocurrido 10 días después del inicio del inicio de la actividad volcánica, dividió a la ciudad en dos, situación geográfica que se mantiene hasta hoy.
Sorteando las prohibiciones de las autoridades del primer gobierno de Bachelet, un grupo de pobladores regresó, aún cuando el lugar había sido declarado zona cero. Fueron los denominados rebeldes de Chaitén. A una década de la erupción, analizan el pasado, el presente y el futuro de la ciudad que cambió con el volcán.
Rita Gutiérrez, empresaria turística, fue una de esas rebeldes. "A 10 años de la erupción lo que más ha crecido en Chaitén es el cementerio, porque la construcción está detenida. El único edificio nuevo es el del Registro Civil. La Gobernación funciona en las antiguas instalaciones del Parque Pumalín, y la Municipalidad en un ex hotel, los edificios públicos se incendiaron y nadie los ha reconstruido", describió.
Para la pobladora, se requiere con urgencia un plan de intervención público, con inversiones en infraestructura educacional, y un rediseño de la ciudad "con una orientación al turismo".
Otro de los denominados rebeldes, que se enfrentaron a la entonces delegada presidencial Paula Narváez, fue el comunicador Bernardo Riquelme, conocido como el "Locutor Rebelde de Chaitén".
"A 10 años de la sorpresiva erupción del volcán, me di cuenta que no existe una política de Estado para la recuperación de los territorios afectados por emergencias, y que las distintas agendas son impuestas sin participación ciudadana por las autoridades de turno. Partimos con el anuncio de la muerte de nuestro pueblo, luego inventaron una ciudad como Santa Bárbara que nunca nació, y actualmente somos víctimas de la indecisión de rehabilitar la ciudad de verdad", sostuvo.
Territorio "amarrado"
Para el locutor, que además fue concejal, "hoy la Ley Chaitén impide que los verdaderos habitantes sean los propietarios de sus viviendas, que las empresas entreguen servicios adecuados, y que se cuente con terrenos para la construcción de barrios habitacionales. Esa ley que se creó a la rápida y bajo presión para vender las propiedades al Estado, nos tiene amarrados", sostiene.
La comerciante Ana Gallegos es otra de las habitantes de Chaitén que regresó en el año 2008, a pesar de la prohibición de las autoridades.
Para ella, lo más complejo es la incertidumbre que existe sobre el futuro del sur de la ciudad. "Han pasado 10 años y no se sabe si va a ser habilitado o no. Ha llegado gente a habitar sus casas, y necesitan una decisión clara de parte de las autoridades. También necesitamos que el Estado venda las propiedades a quienes hoy son los habitantes de Chaitén, en proceso justo y transparente", dijo.
Al igual que Riquelme, cree que la Ley Chaitén está deteniendo el desarrollo de la ciudad, impidiendo la inversión y la generación de nuevas construcciones.
Visión de ciudad
La alcaldesa de Chaitén, Clara Lazcano, destacó que bajo la primera administración de Sebastián Piñera, se tomo la decisión de reinstalar los organismos públicos, la energía eléctrica, el agua potable, la telefonía, entre otros servicios, aunque está consciente que falta mucho por avanzar.
"A una década de la erupción, aún nos falta mucho. Habitabilidad del sector sur, para elevar la calidad de vida de sus habitantes, un puente que conecte la ciudad en los dos lados del río Blanco, un hospital con camas de hospitalización, infraestructura portuaria, entre otros avances", indicó.