Tras el primer mes de la administración del Presidente Piñera, y por ende, del intendente regional y su equipo; es conveniente hacer una primera evaluación. Si bien, hay muchos aspectos en los que la administración entrante puede sacar cuentas alegres; hay otros donde hay cierto déficit.
En el caso de los primeros, los llamados a formar comisiones y lograr acuerdos nacionales sobre materias sensibles, ciertamente reciben el apoyo transversal de la sociedad. No hay dos opiniones al respecto, salvo aquellas que vienen justamente desde algunos partidos de la ex Nueva Mayoría, lo que no hace más que evidenciar la desorientación de dicho sector tras la pérdida del poder. En resumen, el llamado al diálogo de Piñera, le suma.
No así la irrupción en la agenda del tema identidad de género, porque ello evidentemente divide a su sector.
Ahora, desde el propio Gobierno y según advierte un documento que se filtró desde La Moneda, estiman que el proceso de instalación es positivo, porque el nombramiento de autoridades de primera línea se concretó en menor tiempo que en el período anterior e incluso el nombramiento de seremis se realizó cuatro días antes que en el Gobierno de Bachelet; sin embargo, el gran problema se advierte en el nombramiento de los directores de servicio y en otros muchos cargos de la administración pública, sobretodo en regiones, a raíz de la negativa de éstos a renunciar.
El tema es sensible para regiones, porque aquí el rol de estas autoridades es sumamente relevante. No sólo por su cercanía con la gente, sino porque son ellos los que pueden decidir sobre una serie de materias a nivel local, en diversas reparticiones, pero sobretodo en aquellas de corte más social o de fomento al emprendimiento o de promoción de los atractivos de la región, por poner el acento en un par de aspectos nomás.
Urge en consecuencia que el gobierno se instale de manera definitiva en la región, para que la actividad local se comience a dinamizar y no se extienda el freno imperante, a la espera de las definiciones de los futuros jefes de servicio u otros actores relevantes del aparataje estatal en la zona.