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El vino más austral de Chile se abre paso en la Patagonia

INICIATIVA. Villaseñor Wines trabaja en el Valle del Río Puelo con inusuales características para los estándares de la industria.
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Si relacionar a la Patagonia chilena con el vino parecía una quimera, los avatares del cambio climático están logrando lo que parecía impensado. El aumento de la temperatura permitió que los parajes del tradicionalmente frío y lluvioso sur de Chile tengan ahora el sol necesario para madurar uvas, con las que desde hace dos años se produce el Pinot Noir "Puelo Patagonia".

El trabajo de Villaseñor Wines ha hecho que sea la única viña que produce caldos premium en condiciones climáticas extremas, con procesos que soportan los distintos y extremos cambios climáticos en un terroir de suelo volcánico, cenizas y arena, con amplitud térmica de 8°C, clima continental y alrededor de 2.500 milímetros de lluvia al año.

Elías Obreque, enólogo de Villaseñor Wines, contó que los viñedos que producen la uva para elaborar este pinot noir se ubican en Cochamó, Valle de Osorno, a 130 kilómetros al sureste de Puerto Varas.

El analista destacó que ahí existe una pluviosidad de entre 2.000 y 2.500 milímetros promedio anuales, con temperaturas máximas que entre septiembre y marzo llegan hasta los 16 y 20 °C.

"La producción de vinos en este sector debe ser cuidadosamente monitoreada. La uva es manejada completamente manual y sólo se aplica azufre para prevenir enfermedades, ya que las plagas en el lugar son casi inexistentes", destacó Obreque.

Estas plantaciones -1.400 plantas de vid, capaces de producir un kilo de uva, cada una, según la página web de la casa viñatera-, además, "no poseen ninguna estructura formal de riego y sólo se abastecen con el agua almacenada en el suelo durante la temporada", agregó el enólogo, resaltando que estas plantas tienen una intervención muy mínima, ya que no se realizan labores de raleo, deshojes y desbrotes durante la temporada.

Los racimos fermentan seis días en levadura, para luego continuar la oxidación con microflora nativa, por dos semanas.

¿Cómo se logra?

Según Obreque, bajo estas condiciones, la maduración de las uvas para este vino "es comparativamente más lenta que aquellas uvas provenientes de la zona central".

"La pinta o envero de las uvas ocurre tarde (marzo) y la cosecha debe adelantarse producto de las lluvias otoñales (abril)", explicó, por lo que "la maduración ocurre entre los 35 y 45 días y de manera paulatina, sin observarse aumentos drásticos de azúcar en la uva durante el proceso", sostuvo.