Por lo general, en Puerto Montt, el interés deportivo del público se vuelca por el fútbol y el básquetbol, en circunstancias que -por la característica marítima de la ciudad-puerto- estas preferencias deberían incluir también a las disciplinas náuticas, como el remo, que en Valdivia está en su apogeo y goza de gran popularidad.
Hace falta que ello ocurra en nuestro puerto capital regional. Pero puede suceder. Sobre todo, después de haberse superado una alicaída etapa de desuniones, que mantuvo a la boga porteña un largo tiempo estancada y sin mayores aspiraciones. Los directivos de los clubes reflexionaron y acordaron -muy unidos- formar una sola gran fuerza y levantar al deporte del remo de su inoperante postración.
Al amparo de la Asociación Regional de Remo Archipiélago, los clubes Estrella Blanca, Viento y Marea, Regatas Puerto Montt, Náutico Puerto Octay y Viento Sur de Llanquihue, acordaron impulsar un trabajo conjunto y llevar adelante programas locales y eventos de jerarquía. Entre ellos, el II Campeonato Nacional de Remoergómetro, el 9 y 10 de junio, en Arena.
Se espera que este espíritu renovador y solidario, que irrumpe en el remo puertomontino, incorpore también en sus actividades al ámbito escolar. Y, a través de competencias en el canal Tenglo, como las de antaño en las etapas de gloria de la boga local, se desarrolle y afiance un fértil semillero para esta disciplina. Y así se popularice y empodere a Pto. Montt como gran bastión del remo nacional.
Sin embargo, para que esas legítimas aspiraciones se concreten, es prioritario y fundamental que se haga realidad el sueño de siempre: la construcción de la casa de botes. Tantas veces prometida y nunca hecha realidad.
En el bordemar de Anahuac, se dispone del terreno necesario entregado a la causa en comodato. Pero, sin recursos, la aspiración se ve lejana. Aunque ahora, gracias a la unidad imperante en el remo porteño, todos esos anhelos podrían lograrse, asociados a la comprensión y apoyo de las autoridades gubernamentales.