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Contra la corrección

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Siempre me acuerdo de un taxista amigo de San Antonio que solía llevarme en su viejo Lada, que me decía colega porque había escrito un libro sobre su estadía como preso político en el campo de detenidos de Tejas Verdes. Nunca he dado con dicho libro, él no me lo pasó con el pretexto de que lo estaba revisando para una reedición, otros amigos decían que lo habían tenido, pero que lo habían prestado (en Chile el préstamos de libros es un tema conflictivo) y sólo unos poquitos lo habían leído, y le hacían un gran reparo. Por lo que pude colegir el libro era incorrecto políticamente, porque agradecía a los victimarios la posibilidad de estar vivo y porque tenía un estilo que no correspondía al género testimonial que tiene una regulación muy precisa en relación a la identificación de los culpables y las víctimas. Ninguno de esos juicios los he podido comprobar porque el libro nunca lo he leído. Igual yo amo ese libro, porque fue escrito a partir de una experiencia dolorosa y a la vez salvífica, y porque quiebra con la expectativa de la lectura canónica.

La paradoja del libro que no está y que tiene una dudosa existencia a nivel de comentarios, libro asumido, pero leído, me hace recordar la actitud candorosa de ciertos melómanos (o diletantes) adolescentarios que en mi juventud se vanagloriaban de tener lo último que estaba sonando o se estaba leyendo fuera de nuestras fronteras, en lugares legitimados, por cierto. Algo parecido a tener jeans Lee en los setenta. Pero aquí el caso es algo distinto, es un libro que necesitamos encontrar, toda una generación de sanantoninos hemos crecido escuchando los comentarios de su existencia posible. Recuerdo haber hablado del libro en la feria de Buenos Aires, y al cónsul de España le encantaron mis comentarios sobre lo incorrecto de un libro testimonio que agradece a los carceleros de la prisión. Y me invitó al consulado a una cena en donde conocí a Leonardo Padura. Desde ahí es que me picó el bicho de la conspiratividad y del espionaje soviético, que es una tecla muy poco novedosa.

Lo concreto es que la novedad es algo viejo como tópico moderno, tener la "última papa" es propio de sociedades cerradas y poco informadas, por no decir autoritarias o no democráticas; aunque he sorprendido a muchos colegas practicando el imaginario "border line" y las pesquisas de cosas freak, y contar episodios o escenas de obras que sólo ellos conocen. El motivo de la exclusividad es lo que parece primar todavía en ciertos niveles de la vida social y cultural, tanto como una necesidad de mercado, como una ansiedad de cierta pretensión culturosa.

En lo personal, sigo atento a la revisión de un periodo sobretansitado, pero que no deja de ofrecer novedades, como las guerras del siglo XX y, en ese contexto, vi un documental sobre la ocupación en Francia y hubo una frase que me impactó muchísimo que el relator atribuía a Sartre: "Nunca la pasamos tan bien como en la ocupación". La frase tenía sentido al comprobar que los vencederos nunca dejan de ejercer una cierta fascinación en algunos vencidos. Recuerdo la época de la dictadura y así como había quienes nos oponíamos con todo lo que podíamos, había un público no menor fascinado con el ejercicio del poder de los vencedores y con sus uniformes.

Soy testigo de que muchos de mis amigos recuerdan con nostalgia la época de la dictadura, porque fueron felices con esa lucha frontal que le dio sentido a sus vidas, las que luego se diluyeron con las negociaciones de la nueva situación política. En periodos como esos hay muchos culpables que no tienen la conciencia de serlo, como las muchachas que se involucraron sexual o sentimentalmente con los alemanes en Francia, humilladas en público de modo brutal. Cuando la representación de la justicia popular la hace suya una horda que sólo busca escenificar el odio y el desprecio contra los incorrectos o los que no están poseídos por la verdad del momento, las atrocidades son ocultadas por la "verdad". De hecho en este instante leo un libro de Patrick Modiano, El Lugar de la Estrella (de su Trilogía sobre la Ocupación) en que aparece en términos muy carnavalescos la figura, brutalmente insólita, del judío colaboracionista. Algo inimaginable, pero que gracias a la novela es perfectamente verosímil.

Me agrada hablar de un libro sin título y sin autor, volviendo a lo de mi amigo taxista, porque me remite exclusivamente al texto, sin la dictadura de las reglas estrictas del campo literario, con su dictadura autoral. Deploro el estado actual de la literatura, tan delimitada y determinada por las políticas oficiales, tanto del mercado, como las institucionales, y por una academia apoltronada y sin capacidad de aventura.

Marcelo Mellado

Las nueve cintas que buscan quedarse con el premio Oscar más cotizado

CINE. "La forma del agua", de Guillermo del Toro, "The Post" de Steven Spielberg y la ganadora del Globo de Oro, "Tres anuncios por un crimen", de Martin McDonagh , son algunos de los títulos que podrían convertirse en la "Mejor película" el 4 de marzo.
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Amelia Carvallo

Como siempre, la llegada de los Oscar es antecedida por una ola de pronósticos que se aventuran especialmente en el galardón más preciado: Mejor Película.

Duda que será resuelta el domingo 4 de marzo cuando la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas dé a conocer en el Dolby Theatre de Los Ángeles a los ganadores del galardón más importante de Hollywood, en una ceremonia que este año estará a cargo por segundo año del animador y comediante, Jimmy Kimmel.

Nueve películas

Y cuando resta menos de una semana para los Oscar, aún queda tiempo para ver, al menos algunas, de las películas nominadas en las salas de cine.

Los nueve filmes nominados a Mejor Película de esta edición han tenido, tienen o tendrán su paso por la cartelera nacional. La primera que llegó fue "Huye", el thriller de Jordan Peele que llegó a Chile en mayo pasado, mientras que en julio se estrenó el drama bélico "Dunkerque" de Christopher Nolan.

Aún están en salas "Llámame por tu nombre" de Luca Guadagnino, "Las horas más oscuras" de Joe Wright y "Tres anuncios por un crimen" de Martin McDonagh. Con buena respuesta de la taquilla también se siguen "La forma del agua" de Guillermo del Toro y "The Post: los oscuros secretos del Pentágono" de Steven Spielberg.

Mientras que el pasado jueves se acaba de estrenar "El hilo invisible" de Paul Thomas Anderson, cinta con la que el afamado actor Daniel Day-Lewis, le dice adiós al cine.

Completa el grupo de los nueve filmes nominados a Mejor Película, "Lady Bird" de la debutante Greta Gerwig, que llega a las salas nacionales este jueves 1 de marzo.

Favoritas

Comúnmente, los Golden Globes y los Bafta -dos importantes y premiaciones cinematográficas- funcionan como indicador de lo que acontecerá en los Oscar. Por eso, muchos sitúan como favoritas a las que han brillado en esos galardones.

Bajo ese parámetro, compiten con cierto favoritismo filmes como "Tres anuncios por un crimen", una oscura cinta del director inglés Martin McDonagh quien también es el autor del guión.

La cinta cuenta en tono comedia oscura y sostenida por la cáustica actuación de Frances McDorman, la historia de una madre en un pequeño pueblo de Missouri, que encara a las autoridades locales para resolver el crimen de su hija.

Otro que tuvo un auspicioso recorrido por premiaciones antes de los Oscar fue el mexicano Guillermo del Toro, con su celebrada "La forma del agua".

Se trata de una historia de amor y fantasía con las cuidadas atmósferas que siempre consigue del Toro y un reparto escogido con pinzas en el que destaca la inglesa Sally Hawkins, quien echa da vida a una tímida mujer que trabaja haciendo aseo y no habla.

Pequeños pero grandes

Con un escuálido presupuesto de US$5 millones, y ganancias que superan los US$250 millones, "Huye" también se sitúa con buenos pronósticos en la carrera para llevarse el Oscar a Mejor Película.

A muchos conquistó la sátira social envuelta es una historia de horror, que sigue los pasos de un joven fotógrafo afroamericano, que en la primera visita que hace al hogar de su novia blanca, se encuentra con el rostro más feroz del racismo.

También genera ciertas expectativas otro filme pequeño: "Lady Bird", un relato sobre las tensiones madre e hija, con el paisaje real de la ciudad de Sacramento como telón. Se trata del debut en la dirección de la actriz Greta Gerwig.

Con menos posibilidades compite, "Llámame por tu nombre", del italiano Guadagnino, que recrea el verano de 1983 y el despertar sexual de un adolescente que tiene un romance secreto con el joven asistente de su padre.