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El cambio climático y el rol de las empresas sanitarias

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Los efectos cada vez más visibles del cambio climático, en Chile y en el mundo, han hecho que el tema se instale muy arriba en la agenda pública. El presidente electo Sebastián Piñera, en su discurso de presentación del equipo ministerial que asumirá en marzo de 2018, ya hizo alusión a que el país debe acostumbrarse a la idea de que el clima experimentará importantes cambios en el futuro. Y es preciso, entonces, que este escenario sea incorporado en las políticas públicas y también en las los planes de las empresas, para enfrentar de manera efectiva sus consecuencias.

Para las empresas sanitarias, este fenómeno tiene dos grandes expresiones: menos disponibilidad de agua y mayor frecuencia de eventos hidrometeorológicos que ponen a prueba la infraestructura de las ciudades. En los últimos años hemos visto aluviones que destruyen fuentes de agua y alcantarillado en el norte, sequías que llegan cada vez más al sur, lluvias torrenciales con potencial de afectar el suministro de agua potable en distintas regiones del país y aumentos en las temperaturas promedio que facilitan la propagación de grandes incendios forestales. Y a eso se suman otros eventos de la naturaleza que históricamente han afectado a nuestro país, como terremotos y erupciones volcánicas.

En este contexto, las empresas de servicios sanitarios han desarrollado planes de gestión de riesgo y de mitigación ante eventos que ponen en riesgo el abastecimiento de agua potable para la población - así como el servicio de alcantarillado con el consiguiente riesgo sanitario.

Este último año, las empresas, la Superintendencia de Servicios Sanitarios y la Onemi han dado grandes pasos en la coordinación de los planes de emergencia a nivel industria. Asimismo, las compañías reunidas en la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess), han establecido instancias de colaboración, intercambiando conocimientos en talleres específicos de desastres naturales, incorporando tecnología, además de concurrir con apoyo logístico y recursos humanos especializados cuando es necesario.

El riesgo de estrechez hídrica ha hecho que la industria se enfrente a un escenario más complejo, y adopte medidas proactivas para robustecer los sistemas de agua potable. Las sanitarias han invertido más de US$ 6.000 millones entre 2000 y 2017, de los cuales el 40% se destinó a agua potable. Sólo en 2017, desarrollaron iniciativas vinculadas a la producción y distribución de agua potable por más de $61.000 millones, según un estudio de Andess AG. La mayor parte de ese monto se destinó a infraestructura de producción y distribución de agua potable y a obras de seguridad hídrica para enfrentar eventos que pudieron poner en riesgo la continuidad del servicio.

El hecho de que el agua se haya vuelto un recurso escaso implica un desafío de tal magnitud que es imprescindible abordarlo como sociedad. Así como se está avanzando en la creación de una cultura de respuesta a emergencias, con una ciudadanía preparada, hay que promover también una cultura del agua, en la que todos los usuarios (productivos como minería, agricultura, industria, energía, turismo, pero también personas) se comprometan a un uso eficiente del recurso hídrico. Y es preciso definir, en conjunto con las autoridades y la ciudadanía, soluciones sustentables de largo plazo para aquellas zonas que requieren la incorporación de nuevas fuentes de agua.

Victor Galilea

Presidenta Bachelet visita Nagasaki e insiste en desnuclearización

HOMENAJE. La Mandataria afirmó que el proyectil lanzado en 1945 "esperamos sea la última bomba atómica", recalcando la importancia de la estabilidad en las relaciones internacionales. Más de 175 mil personas se consideran víctimas del proyectil.
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El intimidante silencio que recorre el Parque de la Paz de Nagasaki, epicentro del devastador bombardeo nuclear ejecutado por el avión norteamericano B-29 "Bockscar", el 9 de agosto de 1945, pareciera resonar en cada uno de los asistentes al homenaje que la Presidenta chilena, Michelle Bachelet, encabezó ayer junto al monolito que recuerda no sólo a las 73.884 víctimas de ese día, sino al nuevo número actualizado en agosto del año pasado: 175.743 muertos, producto de las secuelas y enfermedades tales como leucemia y cáncer que hasta 2017 cobraron vidas.

La historia de la última bomba atómica de la historia -estallada el 9 de agosto de 1945, tres días después de la de Hiroshima- es particularmente dolorosa por aquellos malditos imponderables del destino, por cuanto el blanco original norteamericano era la ciudad industrial de Kokura, situada al norte de la misma isla de Kyushu, pero salvada por la inesperada niebla que cubrió la zona durante ese día. Un claro entre las nubes, sin embargo, permitió a los pilotos ver la fábrica de armas de la Mitsubishi, ubicada 300 kilómetros al sur, en pleno corazón de Nagasaki, y ejecutar el plan B determinado por los aliados. Desde allí, a 9.000 metros de altura, se dejó caer el artefacto amarillo de casi cinco toneladas (llamado "Fat Man", "Hombre Gordo"), que desataría el infierno.

Vestida íntegramente de negro, Bachelet depositó una ofrenda floral a los pies del monolito que recuerda a las víctimas y luego pronunció un sentido discurso frente al Monumento a la Paz, simbolizado por una enorme estatua de un hombre sentado, con una mano apuntando al cielo -señalando desde dónde cayó la bomba- y otra hacia su izquierda, como soberana invitación a mirar hacia el futuro, sin por ello olvidar el aciago pasado.

"Vinimos a Nagasaki para rendir un tributo a lo vivido por esta ciudad tras recibir la que esperamos sea la última bomba atómica. Acá, el hombre hizo uno de los horrores mayores para la humanidad, con tantas víctimas directas y posteriormente producto de la radiación, ademas de consecuencias para miles de personas. A través del museo (que Bachelet visitó minutos antes) conocimos el horror de esa historia que tiñó de negro la historia de la humanidad y que nos invita a luchar sin descanso por la paz duradera y para que las guerras que marcaron el Siglo XX no vuelvan a repetirse", expuso la Mandataria.

Ante la expectación de medios locales e internacionales, la Presidenta insistió en el mensaje entregado 24 horas antes tras su reunión con el primer ministro japonés Shinzo Abe, sobre la condena a la política armamentista del régimen de Corea del Norte.

"El recuerdo de las victimas de Nagasaki nos debe hacer redoblar esfuerzos en esta dirección, para asegurar un mundo más humano y próspero. Japón y Chile somos defensores de la paz y la seguridad y coincidimos en el empeño por impulsar el desarme nuclear y la no proliferación de armas nucleares suscrito en la ONU. Pensamos que las armas nucleares habían terminado, pero no han cejado. Volvemos a reiterar nuestro enérgico rechazo a los ensayos nucleares de misiles que se han llevado hace poco en la vecina Corea del Norte, que representan una amenaza a la paz y estabilidad de toda la humanidad", concluyó.

Recorrido

Escuela reconstruida

Bachelet también fue a la escuela de Shiroyama, hoy reconstruida tras ser devastada por el bombardeo.

Museo

El lugar posee un museo con los restos dejados por sus 139 profesores y alumnos.

Tokio

Por la noche, tras dos horas de vuelo, la Dignataria regresó a Tokio.

Despedida

Bachelet vivirá en Japón su despedida internacional de la presidencia, mañana lunes.

Regreso

El regreso a Chile está programado para primera hora del día martes.

víctimas dejó la bomba atómica sólo en el día de su lanzamiento, el 9 de agosto de 1945. 73.884

aún las secuelas se hacían sentir en la población, a través de enfermedades como leucemia y cáncer. 2017