Ayuda a los adultos mayores vulnerables
La Campaña de Cuaresma de Fraternidad 2018 tiene el objetivo de reunir fondos para financiar proyectos en su beneficio.
Otra significativa ayuda eclesiástica al combate de la pobreza en nuestro país, son las campañas cuaresmales de fraternidad que se realizan cada año en Chile. Como la que se inicia hoy 14 de febrero a través del territorio, hasta el 25 de marzo, bajo el lema "Tu Aporte y mi Experiencia, Valen", cuyo objetivo, como en los últimos años, es la recaudación de fondos destinados a financiar iniciativas que benefician a los adultos mayores más vulnerables de nuestro país.
En 2017, se recolectaron $984 millones, que se están invirtiendo en 45 proyectos en marcha este año en todas las diócesis del territorio.
Fue así como en la cruzada solidaria del año pasado, Puerto Montt se adjudicó recursos que han hecho posible un importante adelanto en el equipamiento del Hogar de Ancianos "El Buen Samaritano", que generosamente atienden las Hermanas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul (Teniente Merino 800, casilla 130, Población Carmela Carvajal, fono 652316419).
Desde el Arzobispado de Puerto Montt, se informa que las alcancías receptoras de las colaboraciones monetarias, se encuentran disponibles en todas las parroquias, a contar de hoy y en el transcurso de las misas del fin de semana.
Los organizadores de la campaña consideran que la de esta vez será más difícil, porque la Cuaresma comienza en febrero, cuando todos están de vacaciones, aunque al mismo tiempo es especial, porque se hace tras la visita del Papa Francisco. Lo que implica un desafío para asumir el legado pontificio en torno a los adultos mayores más desvalidos.
El Santo Padre ha reiterado su anhelo de que la limosna, la caridad fraterna, la solidaridad con el desamparado, se conviertan en un estilo de vida. Lo que manifiesta con el convencimiento "de que la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano, pues nunca lo que tengo es sólo mío". Y convoca a los creyentes a "compartir nuestros bienes" como los apóstoles, pues, "cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos".