Secciones

Científicos harán expedición para comprobar la residencia y reproducción de las ballenas

CETOLOGÍA. Travesía se inicia en Dalcahue y culmina en el Golfo del Corcovado, donde se realizarán estudios hasta marzo.
E-mail Compartir

Jocelyn Vargas Álvarez

El 19 de febrero zarpa desde Dalcahue, la quinta expedición de la Fundación Meri, que tiene como fin estudiar el comportamiento de las ballenas en el Golfo del Corcovado.

El estudio, a cargo de nueve científicos, pertenecientes a esta organización chilena e instituciones educativas nacionales e internacionales, tiene como objetivo obtener pruebas que indiquen que esta especie no sólo estaría visitando la zona por alimento, sino que también para la etapa del cortejo, previo al apareamiento y reproducción.

Hallazgos

Para poder hacer un análisis del comportamiento de las ballenas azules, los científicos instalan dispositivos denominados DTAG, que se adhieren a la piel de la ballena sin causarle daño y permite registrar sus movimientos y grabar datos acústicos de ellas.

Analizando algunos resultados preliminares de anteriores expediciones, pudieron descubrir que las ballenas azules durante la noche están mayormente en superficie y no tienen patrones de buceo tan profundos, resultando ser aproximadamente unos 20 metros bajo el agua.

"Esto nos lleva a pensar que la probabilidad de hacer una colisión con una embarcación durante la noche son mucho más elevadas que durante el día" , comentó Paulina Bahamonde, investigadora asociada de la Fundación Meri.

Puntualizó que este tipo de información les ayuda a sensibilizar la comunidad de la zona y aconsejar cómo debe ser la navegación de embarcaciones durante la noche para prevenir impactos con los especímenes.

La especialista detalló que también se han instalado hidrófonos en el golfo, que graban los sonidos que están dentro del agua y, durante el análisis, han escuchado cantos de ballenas jorobadas con fines reproductivos.

"Queremos ver que además de ser un área de alimentación, puede ser un zona de cortejo", indicó.

Además, en los últimos resultados, descubrieron que las ballenas azules visitan el golfo no solamente en verano , sino que durante todo el año, lo que les hace pensar de que en la zona hay una población residente de ballenas azules. "Las ballenas azules se reproducen en áreas tropicales y bajan a la Patagonia chilena, para alimentarse; este es el ciclo migratorio normal. Pero hemos escuchado vocalizaciones de esta especie durante todo el año", reveló.

Chile tiene zonas privilegiadas para la conservación de las ballenas, teniendo así más de 42 especies de cetáceos de 87 que existen en el mundo.

Hoy la legislación no permite la cacería; sin embargo -señala la experta- la mayores amenazas son la contaminación acústica y las colisiones.

El año pasado, las ballenas jorobadas salieron de la categoría de estar en peligro de extinción y en el caso de las ballenas azules su población ha ido aumentando paulatinamente, donde se estipula que existen alrededor de setecientas en el Golfo.