Estos días son un buen momento para reflexionar sobre cómo solucionamos como país un tema que nos afecta a todos y es absolutamente transversal: la intolerancia. Si bien en una democracia como la nuestra cada ciudadano es libre de manifestar su opinión, esta no se debe emplear para deshonrar a las instituciones, por más que algunas estén cuestionadas. Por el contrario, la libertad de expresión hay que utilizarla con respeto, tolerancia y sin denostar al que osa proponer un idea que va en sentido contrario a lo que uno considera como correcto. En estos días hemos visto, sobre todo en redes sociales, cómo se agrede, con justificación o no, a autoridades de Gobierno, parlamentarios y ciudadanos comunes y corrientes por tener puntos de vista diferentes o, simplemente, por desinformación, sin que nadie se haga responsable de esta comunicación online que genera un clima de intolerancia y división pocas veces visto. Y lo peor es que muchas veces esos ataques se efectúan de forma sesgada, sin leer, analizar o verificar toda la información disponible, precisamente, en las mismas plataformas digitales o internet. En lo anterior todos somos responsables, las autoridades, los medios y los ciudadanos, pero también han contribuido aquellos que por años han abogado por una necesaria y justa tolerancia, pero que hoy se han transformado en absolutamente intolerantes, llegando a las descalificaciones personales. Para ellos, el sentido común, la prudencia y consenso no van con estos tiempos. Valoro fuertemente que cada persona o grupo tome sus banderas, gane espacio y luche por sus derechos y por lo que representan, incluso voto a favor de leyes que los beneficia, pero aquello no debe sustentarse sobre la base de la intolerancia y las descalificaciones. Hoy todos debemos defender nuestras ideas con fuerza, ser críticos y exigentes, pero es necesario dejar espacio para el diálogo frente a frente. Cuidemos nuestro país, la unidad, la libertad de expresión y las redes sociales, las que bien utilizadas traen enormes beneficios a la sociedad. No perdamos lo que tanto nos costó recuperar. Sólo con tolerancia, respeto y empatía nos podremos escuchar en nuestras diferencias.
Fidel Espinoza Sandoval. Diputado de la República. Región de Los Lagos.