Matías Jullian Velásquez /Efe
Las dos Coreas optaron ayer por aliviar la tensión regional durante una histórica reunión celebrada en la frontera entre ambos países, en la que acordaron convocar conversaciones de tipo militar y facilitar la participación norcoreana en los Juegos Olímpicos de Invierno, a celebrarse en febrero en territorio surcoreano.
El encuentro, el primero de alto nivel que celebran en más de dos años, fue especialmente productivo y se celebró en un ambiente de inusual cordialidad en la aldea de tregua de Panmunjom, en la desmilitarizada frontera intercoreana.
En la reunión, el Norte aceptó la propuesta del Sur de llevar a cabo futuras conversaciones de rango militar para atenuar los ánimos en torno a la frontera, seguir manteniendo reuniones de alto nivel para mejorar sus lazos e incrementar los intercambios en varias áreas aún por determinar.
La delegación del Norte también comunicó que ha reabierto y que comenzará a utilizar hoy una de las líneas destinadas a comunicaciones militares, la que dejó de utilizar en febrero de 2016 a modo de protesta.
Su reactivación, así como el futuro diálogo entre responsables de sus ejércitos , reduce la posibilidad de que se produzcan errores de cálculo militar en la tensa frontera entre los dos países que, técnicamente, se mantienen en guerra desde hace 65 años.
Por otro lado, a pesar de que el líder supremo del Norte, Kim Jong-un, aseguró en su discurso de Año Nuevo que su régimen va a seguir optando por el desarrollo de un programa nuclear que disuada a Estados Unidos de intervenir en su territorio, no se hizo mención a este tema.
Juegos olímpicos
Asimismo, Norcorea respondió afirmativamente a la invitación del Sur para participar en los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran a partir del 9 de febrero en el condado surcoreano de PyeongChang y dijo que tiene intención de enviar una misión al evento.
Esta representación norcoreana estaría integrada por altos funcionarios, animadoras y atletas, aunque el Norte no ha precisado si los deportistas competirían en las pruebas olímpicas.
Las dos partes van a llevar a cabo reuniones de trabajo para determinar éstos y otros detalles, como el modo en que los norcoreanos viajarían al Sur (si es por tierra se requerirá un acuerdo militar) o cómo se cubrirían los gastos de la misión, ya que financiar la participación del Norte en los JJ.OO. puede vulnerar las sanciones que pesan sobre el régimen por sus programas de armas.
Seúl consideró, además, que Pyongyang está cerca de aceptar otra de sus propuestas de ayer: que los deportistas de ambos países desfilen juntos bajo una misma bandera como sucedió en varias ediciones de los Juegos Olímpicos de la pasada década.
Todo esto constituye una serie de gestos muy importante para apaciguar los ánimos después de un 2017 marcado por las continuas pruebas de armas norcoreanas y el tono beligerante con el que ha respondido al régimen de Pyongyang el Presidente de EE.UU., Donald Trump.
Familias separadas
La delegación del Sur, en las conversaciones comandadas por el ministro de Unificación Cho Myoung-gyon, pidió también a la del Norte, encabezada por Ri Son-gwon (que dirige el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea), retomar por primera vez desde octubre de 2015 los encuentros de familias separadas por la guerra que enfrentó a ambos países entre 1950 y 1953.