Los visitantes argentinos que llegan a Puerto Montt, encuentran aquí dificultades que les impiden disfrutar del turismo en nuestra ciudad puerto. Los transandinos, que actualmente llenan las calles, reclaman la falta de información que hay en la ciudad, por lo que tampoco recorren el comercio de la capital regional.
"Estamos perdiendo la calidad de vida y con más edificios esto se nos va a complicar"
Baltazar Rivera, presidente de la Unión Comunal, y el clamor de los vecinos de postergar construcciones.
"Hay que ordenarse como ciudad, con un Plan Regulador vigente que ayude a crecer en armonía"
Ingrid Bartsch, presidente de "Juntos por Puerto Varas", y el imperativo de un PRC puertovarino.
El subdirector de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, René Birke, en conversación con los periodistas, dio a conocer que ya ha comenzado el movimiento de tierra en el sector de la futura ruta que unirá la localidad de Ensenada con la de Ralún, en la zona del Estuario de Reloncaví, en una extensión de 17 kilómetros.
Todas las ciudades ribereñas, ya sean marítimas, lacustres o fluviales, generalmente se ven enfrentadas a esa gran problemática que es la densificación demográfica, que trae aparejada la tentación de llevar las construcciones en altura a las áreas costeras. Con lo que amenazan lo más importante y esencial que esas urbes poseen y las distinguen: la visión panorámica de sus bahías, que es precisamente lo que los residentes y, por cierto, las visitas desean observar y disfrutar en plenitud.
No podría la gente admirar ese paisaje único con facilidad ni de forma natural, si se van levantando edificios biombos, que cubren, de alguna forma, esa visual, aun siendo en perímetros aproximados. En todos estos casos, según los entendidos y conforme al sentido común, siempre será indispensable mantener una costanera absolutamente libre de todo obstáculo que dificulte contemplar ya sea el mar, el lago o río. Una costanera amigable, accesible, bien provista del equipamiento y el ornato necesarios, dignos de una recreación familiar y turística a la altura de estos tiempos ecológicos.
Los planes reguladores comunales de estas ciudades junto al mar y lagos, incluso ríos, tienen, por tanto, el irrenunciable deber de resguardar esas distintivas cualidades de identidad. Y, al mismo tiempo, orientar la edificación, sobre todo de altura, hacia las áreas urbanas adecuadas y que no interfieran en el desarrollo cien por ciento turístico de las avenidas costaneras o bordes costeros.
Los criterios urbanísticos hoy, por lo demás, siempre están abogando por el crecimiento y modernización de las ciudades en una prudente armonía, equilibrio, juicio estético y conforme al sentir de las comunidades y, muy particularmente, según la vocación del terruño en desarrollo. En especial si son enclaves marítimos, lacustres y fluviales.
Los casos más palpables y cercanos son los de Puerto Montt y Puerto Varas, cuyos planes reguladores son responsables de proteger sus características y de guiar en armoniosa marcha sus nobles ímpetus de progreso y crecimiento.
Un vasto plan destinado a la protección de los turistas, se ha puesto en marcha en Puerto Montt. Así es como Carabineros, con su Plan Estrella, y el Servicio de Salud, con su programa de prevención del Hanta, se esmeran en brindar lo mejor, para aportar seguridad y protección a los turistas que llegan a la zona.
La madrugada del martes pasado, nuestra región despertó con una muy mala noticia. Nos enteramos que un grupo de encapuchados quemó 11 vehículos y maquinarias forestales, en el que se constituye como el primer hecho de violencia de gran envergadura ocurrido en Los Lagos. Se trató de dos ataques consecutivos. El primero en Río Negro, donde encapuchados intimidaron con armas de fuego al guardia de un predio y quemaron 9 vehículos y máquinas, robaron una camioneta y huyeron del lugar. El segundo, minutos más tarde, ocurrió en el sector de Loma de la Piedra, en San José de la Mariquina, donde los mismos individuos quemaron una maquinaria y la camioneta en la que arrancaban. Sólo en este último lugar se encontraron rayados y lienzos alusivos al conflicto mapuche. Lo curioso, tal como lo ha manifestado el Ministerio Público, es que este ataque ocurre pocos días después de que desconocidos cortaran la fibra óptica en cinco puntos de la Provincia de Osorno, lo que afectó a miles de vecinos. Tenemos que decirlo con fuerza y convicción. En la Región de Los Lagos no queremos actos de violencia. No podemos permitir que hechos de este tipo se vuelvan a repetir. Debemos dejar que nuestra institucionalidad funcione. Esperamos que aquí se aplique toda la fuerza de la ley, y podamos ver una acción de nuestras policías, de inteligencia, del Ministerio Público y el Poder Judicial, absolutamente coordinada, para que no se repliquen estos ataques, y desde ya pongamos un freno a la violencia. No queremos que en nuestra región se repliquen los atentados terroristas que hemos visto en el Biobío y La Araucanía, y para eso debemos tomar acción cuanto antes. En Los Lagos no hay terrorismo, pero si no actuamos con determinación e inteligencia, podríamos ver alteradas la paz y la tranquilidad que acostumbramos.
Garantizar el orden público y la paz social en todo nuestro territorio debe ser una prioridad para cualquier Gobierno, y no me cabe duda que será una de las principales ocupaciones del Presidente Sebastián Piñera. Porque nuestra democracia y nuestra sana convivencia no pueden verse alteradas por las acciones violentas de algunas minorías.
Iván Moreira Barros.
Senador de la República. Región de Los Lagos.