Luis Toledo Mora
A la medianoche de este domingo, en un rito que se repite cada año, cientos de burbujas cobrarán vida dentro de las copas en el primer brindis de 2018. Históricamente el espumante es la bebida icono de la celebración de Año Nuevo, y en torno a ella se reúne la familia y los amigos, para desearse éxito en la etapa venidera.
Las actuales tendencias han ampliado el horizonte de estos vinos burbujeantes, traspasando la hora del brindis, para ser el perfecto maridaje de distintos platos a la hora de compartir la mesa, especialmente elaborados a base de productos del mar de la rica despensa culinaria de Puerto Montt.
La mayor producción de espumantes en Chile se ubica en el valle de Curicó, según explica Alejandra Indo, gerente de la Ruta del Vino de este territorio, quien sabe perfectamente el potenciar nuestra cocina con sus vinos, al participar en dos oportunidades en el Temporal Gastronómico Tá' de Sur.
"En el valle de Curicó se producen los espumantes de la casa Valdivieso, de Miguel Torres, de viñedos Puerta, de viña Echeverría, Aresti, Folatre, entre otros. Son viñas familiares que por generaciones han presentado una vocación por elaborar vinos de excelencia, lo que nos diferencia de otros territorios productores", relata.
La razón de que el valle de Curicó presente un amplio portafolio de espumantes, son las amplias zonas de cultivo de uvas Pinot Noir, Chardonay y Sauvignon Blanc, que son las que se utilizan para la elaboración de esta burbujeante bebida que se debe servir fría.
De tierra y mar
Para elegir el espumante adecuado para recibir este nuevo año, Alejandra Indo explica las características de las cuatro variedades presentes en el valle de Curicó, y cómo pueden potenciar nuestros sabores patagónicos locales.
El más dulce de todos es el Demi Sec, con una concentración que va desde los 32 a a los 50 gramos de azúcar por litro de la bebida. "Sirven para acompañar platos de repostería, ampliamente presente en la zona de Puerto Montt por la influencia de los colones germanos, y postres elaborados. El más masivo de esta variedad es el de la casa Valdivieso, que se puede encontrar en todos los supermercados", precisa Inda.
La variedad Brut se caracteriza por presentar en boca un equilibrio entre el dulzor y lo seco. Posee un máximo de 12 gramos de azúcar por litro. "Es un excelente aperitivo, y una buena alternativa para acompañar pescados blancos, mariscos y quesos. Una sugerencia en esta variedad es el espumante Only de viña Aresti, que está presente en el retail y en las tiendas de especializadas. Otra alternativa del valle del Curicó es el Estelado de Miguel Torres, que se elabora con uva País", indica la experta.
Para quienes buscan un menor contenido de azúcar, presentando buena acidez en boca, con una burbuja chispeante, el espumante ideal es el Extra Brut. "Viene bien con pescados con un mayor contenido de ácidos grasos como el salmón de la Región de Los Lagos", asegura Indo.
Esta variedad es la base para preparar Kir Royal, un cóctel en base al espumante. Otra idea es el Mojito Espumante, añadiendo hielo y hierba buena a la bebida.
Si lo que se busca en un vino espumante con ausencia de azúcar, la apuesta es un espumante Nature Brut.
"Es un vino seco, con una burbuja persistente, que permite maridar cualquier tipo de platos, ofreciendo un equilibrado puente de sabor. Ostras, ostiones al pil pil, machas a la parmesana y una entrada de locos , son un complemento perfecto", dijo la representante de los mostos de Curicó.
Vinos y platos
En las tierras de lluvia y viento persistente, un clásico del año nuevo es el cordero, ya sea al palo en un trabajo extenuante de vuelta y vuelta, o parado de acuerdo a la usanza de la estepa patagónica.
Para este plato con un importante contenido graso, vinos como el Syrah o el Cabernet Sauvignon son ideales. Si la mesa sigue tradiciones hispanas fuertemente arraigadas en Chiloé, o apunta a un plato germano con cerdo como protagonista, el Carmenére es una buena opción.
Para platos del mar, el Sauvignon Blanc marida a la perfección mariscos crudos como las ostras de Caulín, mientras que los cocidos en chupes y caldillos, potencian el sabor de sus aliños con un Chardonay.
Desde la viña Casa Silva, la sommelier Liz Jopia también entregó sus recomendaciones para estas fiestas de fin de año.
"El espumante no puede faltar. En nuestro caso tenemos dos variedades de espumante Dominga: el Brut que está elaborado 100% con uva Chardonay, y el Rosé Brut que es más complejo y vinoso, y gusta más a los hombres, que resulta del ensamblaje de mostos Chardonay y Pinot Noir.
Funciona muy bien para el primer brindis, para un postre o para finalizar la cena de año nuevo", detalló la sommelier.