Cuando se habla de la falta de un ícono identificativo de Puerto Montt, la verdad es que semejante reproche mueve a la confusión, pues, desde siempre, la lancha chilota fue el símbolo de nuestra ciudad puerto. La mejor evidencia es la presencia de su imagen en la Bandera y en el Escudo de Puerto Montt y el hecho de ser motivo de inspiración para legiones de artistas plásticos y fotógrafos nacionales y extranjeros, que la han retratado como lo más especial y característico de la hoy capital de la Región de Los Lagos.
Otra prueba de la importancia simbólica de esta histórica embarcación, es que tenemos un llamativo monumento con la efigie de la lancha chilota, frente al terminal de buses y cuyo nombre es "Camahueto". Sólo que no está ubicada en el lugar céntrico que merece por esa trascendencia identificativa de nuestro puerto.
Si la referida estatua de este tradicional velero -con algunas innovaciones en el diseño- estuviese emplazada en el área de la Plaza de Armas de Puerto Montt, con la connotación especial que amerita, con toda certeza que concitaría la admiración de la gente y en particular de los turistas que no dudarían en fotografiarse embarcados en emblemático bajel.
También, es interesante la propuesta de incorporar en una céntrica plaza temática una recreación artística representativa del descubrimiento arqueológico de Monte Verde, que confirma a Puerto Montt como la cuna de la civilización americana. Una connotación mundial, que hasta ahora -incompresiblemente- no la hemos puesto en el valor ni en el nivel que corresponde. Desperdiciando, con ello, un clave y primordial factor de promoción cultural y turística de incalculable relevancia y aprecio, tanto en el plano nacional como internacional.
Por ahora, objetivamente, los dos grandes símbolos auténticamente puertomontinos son, sin duda, la lancha chilota y el hallazgo prehistórico de Monte Verde. Ambos, en consecuencia, dignos son de un sitial de honor en el centro de P. Montt, que lo honre y proyecte desde el pretérito al futuro.