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El 11 comienza formación para cuidar a adultos mayores

PROYECTO. El programa Educación para el Adulto Mayor de la Universidad Mayor U3E se adjudicó concurso.
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Un curso teórico y práctico para el cuidado de personas en situación de dependencia dictará la Universidad Mayor (U3E) para personas de Puerto Montt y Puerto Varas.

Este curso ya tiene más de 45 interesados, los que están en proceso de selección de 20 personas, para asistir a las clases que se inician el 11 de diciembre.

La iniciativa forma parte del concurso público realizado por el gobierno para organizaciones privadas sin fines de lucro que presentan proyectos de capacitación en competencias de empleabilidad y oficios relacionados con el apoyo y cuidado a personas que lo requieran en su residencias, organizaciones privadas y establecimientos de larga estadía.

En este concurso U3E, de Universidad Mayor, adjudicó los proyectos "Servicios de Cuidados a personas en situación de dependencia, Región Los Lagos". El curso será dictado en Puerto Montt y Osorno.

Aquí las clases tendrán en la sede de la Universidad Mayor, para beneficiados de Puerto Montt y Puerto Varas, en la Torre Plaza del mall Paseo Costanera.

Las beneficiadas deberán ser del programa de Seguridad y Oportunidades del ministerio de Desarrollo Social, (ex Puente) que busca junto con formar a gente para el cuidado del adulto mayor, insertar a la mujer al mundo laboral, que por lo general son dueñas de casa y quieren trabajar.

El curso tendrá 240 horas de formación intensiva por un mes y medio de 9 a 17 horas hasta fines de enero y con prácticas a fines de febrero.

Además, de ser en lo preferente beneficiarias del programa, deben tener entre 25 y 55 años, con lo que "el proyecto tendrá una triada interesante ya que está el adulto mayor que recibirá el cuidado de calidad, estará la persona formada y por otro lado las instituciones que requieren de personal formado", contó la director general de U3E la gerontóloga Patricia Alamis, quien recordó que Chile es el tercer país más envejecido en América Latina, pero que en 15 años liderará este ranking de envejecimiento de la población.

Fin de una era: el 30 cierra el mítico café "Toly" del centro

RECUERDOS. Su fundadora se emociona al recordar los tiempos "dorados". La puerta la cerrará su hijo mayor.
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Mirta Vega

El jueves el famoso Café Restaurante "Toly" cierra sus puertas después de 35 años de cocina típica casera de la zona.

Lidia Proeschle Kappes fue la fundadora del café más chico que había en el centro, pero que se caracterizaba por sus cazuelas típicas chilotas de cordero y luche; la cazuela de mariscos con repollo, porotos con rienda, las merluza frita, y sus sabrosas cazuelas de vacuno y ave.

La comerciante que se dedicaba a la venta de empanadas en su casa, abrió el negocio en el largo fin de semana del sábado 22 de mayo de 1982, a sugerencia de José Alberto (segundo hijo), de establecerse en el centro con un café, lo que hicieron en sociedad; mientras su esposo, Custodio Oyarzo, se dedicaba a la concesión de los casinos en las pesquera Eicomar y Expromar.

Pero el negocio gastronómico nace con la experiencia que tuvieron mucho antes, con la instalación de la primera hostería en Calbuco, la denominadas "Brisas Marinas, entre los años 60 y 70.

"Salí al centro en busca de un local y en calle Pedro Montt, en el hotel Gamboa decía: se arrienda, así que hice trato inmediato con el dueño, Carlos Mansilla", cuenta Lidia Proeschle.

Comenzó pagando 15 mil pesos y hoy a punto de cerrar está pagando 480 mil.

Al recordar la historia de Toly, se emociona, saltan a sus 81 años los recuerdos cuando junto a sus hijos fueron emprendiendo, hasta llegar a Toly 2 que se ubicaba en la Galería Jiménez.

Luego de 10 años de funcionamiento, se queda con Toly 1, apoyada de su familia.

El negocio era único dentro de la gastronomía local, porque estaba focalizado a determinado tipo de público. Los de los desayunos y almuerzos caseros; por la tarde la cerveza para los jóvenes, casi todos del colegio San Javier y Liceo de Hombres, "incluso muchos de ellos me han invitado a su matrimonio, porque ahí conocieron a sus esposas", dice Lidia, refieriéndose a quienes hoy, en su mayoría, son profesionales. Por la noche llegaban los adultos " que ayudaban a cerrar el local".

Entre los altibajos, recuerda cuando comenzó a decaer el negocio a partir de 1997 con la llegada de la comida "chatarra" (al Mall Paseo del Mar) a Puerto Montt y sus platos tuvo que rebajarlos un 60% aproximadamente.

Pero sus clientes retornaron al regazo casero luego de darse cuenta de lo que tenían "en casa" y cuando todo comenzaba a andar bien, se enfermó y aún cuando la encargada de la cocina era una de sus discípulas, y la administración la adquirió su hijo mayor, Héctor Alejandro, ya no fueron los mismos platos de su gestora, "porque yo le ponía el toque especial, aún cuando fuera otra la que cocinara. La que terminaba era yo", dice, comentando que lo único que quiere es terminar rápido con el cierre porque no quería recordar que su vida transcurrió detrás de esas puertas llenas de sabor e historias de amor.