Berto Tito tenía 2 años cuando la Selección de Perú asistió por última vez al Mundial, el de España 1982.

Como muchos de sus compatriotas, ni siquiera en sueños se imaginaba con que este momento se iba a cumplir. Y es que este cusqueño y propietario del restaurante de comida peruana "Tambo", fue uno de los millones de hinchas de ese país sudamericano que celebró la clasificación de la escuadra incaica a Rusia 2018.

Tito lleva un año y medio viviendo en Puerto Montt y está feliz de haber sido testigo de este acontecimiento que paralizó al Perú la madrugada del jueves. "Reconozco que no soy un fanático del fútbol, pero sigo los partidos importantes de mi selección y este con Nueva Zelanda ha sido uno de ellos. Mi país está muy contento, hace muchos años que no celebrábamos un hecho deportivo tan relevante. Era un anhelo que teníamos todos de poder ver a Perú instalado en un certamen mundialista", enfatizó.

Agregó que cerró temprano el negocio y que se fue a ver el encuentro a su hogar, en familia. "Afloran los sentimientos de estar afuera del país de origen y Perú merecía llegar a un torneo planetario y que le costó tanto esfuerzo de estar presente", comentó.

Motivo de orgullo

También, destacó este hecho el barman del mismo establecimiento, May Carrasco, natural de la nortina ciudad de Trujillo. "Llegué en septiembre a Puerto Montt, después de trabajar en Concepción y ahora estoy muy tranquilo de estar en esta zona. Tendré la oportunidad histórica de ver a mi selección en un Mundial, aunque llegamos con altibajos, tenemos la satisfacción de haber visto a un equipo que fue de menos a más y estamos muy orgullosos de nuestros jugadores y técnicos", explicó Carrasco, quien es fanático del club Universitario de Lima.

Agregó que en un principio había mucho pesimismo, incluso en la parcialidad local de que no se clasificaba, pero afloró el aplomo de los jugadores que le dieron esta alegría a un país que tiene y ha tenido buenos deportistas.