Museo en memoria de Padre Fernández
Los habitantes de Techo para Todos no olvidan a su gran impulsor y anhelan perpetuar su recuerdo en ese recinto.
Empeñados, -con fervoroso entusiasmo-, se encuentran los integrantes de la Agrupación de Amigos del Padre José Fernández, en la tarea de impulsar el proyecto de construcción de un museo histórico que recuerde la vida y obra de este querido y admirado sacerdote, oriundo de España, que llegó a Chile como seminarista en 1953 y al sector de Bellavista en Puerto Montt en 1959. Donde, por casi cuatro décadas, dedicó sus mejores esfuerzos a liderar la recuperación de los pobladores, que sufrieron la destrucción de sus casas y del lugar por el devastador terremoto de 1960.
Blandiendo su fe cristiana y el místico espíritu que envolvía su austera y sacrificada personalidad, el religioso guió a los vecinos de la entonces población Techo para Todos por la ruta de la superación. Animándolos a actuar organizadamente en pos de la casa propia y una vida más digna. Así, se fueron aglutinando en torno a una corporación y una cooperativa. Y nacieron también un hogar juvenil, el colegio Peñihue, la iglesia, un policlínico, un cuartel de bomberos, centros de madres, casa de retiro, reducto deportivo y hogares de ancianos, entre otras obras de adelanto urbanístico y de bien social.
Fue aquel trabajo -bajo el lema de la fe, la unión y el esfuerzo- que rindió frutos hasta consolidar a la hoy vasta población Techo para Todos, cuyos habitantes la denominaron "Padre José Fernández". Y que llegaba a ser una gran ciudadela dentro de la capital regional. Donde nada faltaba y había un promisorio porvenir, gracias al empuje, voluntad y dedicación de sus propios pobladores, liderados por el Padre "Pepe", así llamado con afecto, quien no cesó de apoyarlos en su desarrollo, hasta que su quebrantada salud se lo permitió y lo obligó a regresar a España, donde después de algunos años falleció.
La iniciativa del museo, que rememorará la humanitaria obra del Padre José Fernández, digna es de todo respaldo. Más aún si enriquecerá el patrimonio histórico-cultural de Puerto Montt, resaltando la grandeza humana de un virtuoso sacerdote que predicó con el ejemplo el amor al prójimo.