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25 años de servicio social cumplen cuatro sacerdotes

FESTEJOS. Comunidades parroquiales festejan a sus párrocos.
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Cuatro sacerdotes de la Arquidiócesis de Puerto Montt están celebrando sus 25 años de vida sacerdotal, entre ellos el vicario general Tulio Soto.

Los sacerdotes Tulio Soto Manquemilla, Guido Márquez Maldonado, Daniel Acuña Burgos y Mirson Cayupel Levicán, fueron ordenados tras su preparación en los seminarios menor y mayor, en la Iglesia Catedral, el lunes 12 de octubre de 1992, por el entonces monseñor Bernardo Cazzaro Bertollo, arzobispo emérito de Puerto Montt, fallecido hace dos meses en Italia.

El padre Tulio Soto presidió la misa en la tarde de ayer en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, de la población Libertad en Puerto Montt.

El padre Daniel Acuña también fue festejado anoche en la Parroquia San José de Llanquihue. En tanto, el párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Maullín, Mirson Cayupel, recibirá el homenaje de su comunidad en la misa que se oficiará mañana a las 11 horas en el Gimnasio Municipal de Maullín, ya que el templo se encuentra en reparaciones.

El párroco de la Parroquia San Alberto Hurtado, de la población del mismo nombre, también será homenajeado por su comunidad mañana (sábado) en la misa de las 19 horas.

Interés norteamericano por la historia de la parra "perdida"

TAGUA TAGUA. La bonarda encontrada en el Parque Tagua Tagua no está siendo vinificada, pero puede ser plantada experimentalmente.
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Mirta Vega

La parra perdida de Puelo, específicamente en el parque Tagua Tagua, se ha convertido en una verdadera leyenda. Tanto es así que será expuesta en el Instituto Robert Modavi UC Davis, de la Universidad de California, Estados Unidos.

Los chilenos han conocido el tema por medios nacionales y locales, pero cuando lo publicó el sitio web de Vinos The Drink Business, generó un verdadero revuelo internacional. Interesó a la comunidad norteamericana, la famosa "parra perdida", por el cambio climático y estandarización de vinos internacionales. Chile representa una "isla genética", porque en el país hay viñedos antiguos de 200 y hasta 300 años, explica el expositor que pondrá en el debate un producto local en estados Unidos, el ingeniero agrónomo Maximiliano Morales.

Experimental

La parra bonarda tiene alrededor de 70 años y para los expertos como José Vouillamoz, genetista suizo, es un hecho que vino de Argentina.

Crece hasta 8 metros en forma de enredadera en un roble, cae y vuelve al suelo. Esta produce entre 40 y 60 racimos al año y no está siendo vinificado. Genéticamente, es una parra pura y no tiene que ver con la genética bonarda argentina, "puede ser una variedad que está adaptada al clima de la Patagonia".

Esto, según Morales, obligará en algún momento al rescate de la variedad. Ya está identificada y ahora tienen que hacer el análisis de dendrocronología para la determinación de la edad exacta que tiene la parra, que al tanteo la estimó en más de siete décadas.

La Bonard podría plantarse como viñedo experimental. Nadie la está vinificando, a pesar que en el sector ha habido plantaciones de viñedos de otra variedad como el Pinot Noir, que ya salió desde el mismo Puelo al mercado europeo, con un valor de 90 mil pesos por botella.

La novedosa charla se realizará la próxima semana en Estados Unidos, a cargo del ingeniero chileno Maximiliano Morales, consultor de la aceleradora de negocios agrovitivinícolas de AgroWine Lab y Fundador de Andes Wines.

El profesional contará la historia de los viñedos antiguos de Chile y la evolución del establecimiento de la vitivinicultura e implementación de proyectos de rescate de viñedos antiguos desde Arica hasta Chile Chico, además de explicar las nuevas zonas extremas de producción de uva donde antes no existía la actividad.

El objetivo es explicar cómo esta parra fue la que motivó a Villaseñor Wines a establecer un viñedo de Pinot Noir en el sector opuesto del lago Tagua Tagua, potenciando de esta forma la vitivinicultura patagónica.