A eso nos obliga a pensar la Presidenta Bachelet con su entrevista del día domingo, en la que afirmó que su gobierno ha sido mucho mejor que el del ex Presidente Piñera y en la que minimiza el conflicto con el subsecretario Aleuy. El realismo mágico se caracteriza por la introducción de elementos fantásticos en una narración realista. La fantasía es que este gobierno sea un buen recuerdo para Chile.
El gasto público se disparó, las reglas del juego se cambiaron en impuestos, relaciones laborales, pensiones y en el marco general que da la constitución.
Sin embargo, la Presidenta afirma que lo han hecho mejor. Por primera vez, desde que se recuperó la democracia en Chile, hemos tenido tres ministros de Hacienda.
Sin embargo, la Presidenta afirma que lo han hecho mejor. A sus críticos, los tilda de machistas. Así, tal como fue la estrategia desplegada en su primer gobierno, se victimiza y dice que el tono de las críticas tiene que ver con que sea mujer. Así, busca empatía y una situación más cómoda. Luego, desconoce que las repentinas vacaciones del subsecretario Aleuy no tienen nada que ver con la pérdida de autoridad que ella misma y el ministro Barraza le propiciaron con acciones y entrevistas.
Todo gobierno va a querer siempre defender su gestión, a veces, más allá de la evidencia. El gobernante siempre buscará la interpretación adecuada a sus intereses políticos para explicar, de alguna forma más o menos compleja, su buena gestión.
A veces, una autoridad de gobierno, ante la contundencia incontrastable de malos resultados acudirá a explicaciones mágicas o relacionadas con la suerte.
Pero la realidad, la del sentido común, esa se verá en el próximo 19 de noviembre cuando elijamos al nuevo gobierno. Ahí, la Nueva Mayoría cosechará lo que ha sembrado en estos años. Y desde ese día vendrán tiempos mejores.
Felipe de Mussy. Diputado de la República. Región de Los Lagos.