Formando una conducta ecológica
Como puerto, debemos velar por un mar no contaminado y la preservación de su fauna y futuro potencial alimenticio.
Fortalecer y desarrollar un sentido de responsabilidad, una sensible conciencia protectora del entorno natural y sus creaturas, en la población desde su niñez, merece tanta atención e impulso como el respaldo que se le otorga al progreso material y modernización de las ciudades.
Una urgente actitud que asumir, sobre todo, cuando la realidad de nuestros días muestra a un planeta cada vez más agobiado y en peligro de extinción, a causa de una enorme sobrecarga de contaminación en todos los frentes, emanada de la inconciencia humana y el envenenamiento ecológico, provocado por el indiscriminado vaciamiento de los desechos, entre otros excesos, como las pruebas de mortífero armamento nuclear.
Por eso, que es plausible y reconfortador constatar la marcha de iniciativas y programas, destinados a infundir hábitos de cuidado ambiental en la niñez y juventud estudiantil en el plano local. Como las tareas recientemente cumplidas en la limpieza de nuestras playas por más de 400 alumnos y profesores de establecimientos de la comuna, en el marco de la conmemoración del día internacional de esta actividad de resguardo medioambiental. Una experiencia que hemos visto impulsar en otras oportunidades, a nivel escolar, por la Armada, y también por los empresarios acuícolas y comunidades ribereñas.
Es mucha la basura, de la más diversa consistencia y riesgo, que se va acumulando en el fondo marino y que las corrientes oceánicas suelen arrojar a las playas, ensuciándolas. Aunque lo más grave siempre será la contaminación del mar y la muerte de su fauna. Una amenaza -latente y temible-, al ponerse en riesgo la alimentación y el ambiente de las futuras generaciones, precisamente porque hoy nos comportamos irresponsablemente, sin el adecuado proceso de los desperdicios o con la utilización desmedida de elementos no desechables, como es el caso de las bolsas plásticas y sus efectos de exterminio ecológico. Lo que se espera frenar por ley, aunque ya se ha asumido un cambio al respecto.
Progresar sí, pero sin contaminar.