Atención candidatos
Ante la rectificación de las candidaturas para las próximas votaciones, quiero invitar a todos los candidatos a discutir sobre cambios de regulación en temáticas de salud que afectan a parte importante de la población, sobretodo en temas de obesidad.
Actualmente muchos pacientes recurren a cirugías para lograr bajar de peso (Cirugías Bariátricas), las que pueden ser parcial o totalmente cubiertas por Isapres y FONASA. Sin embargo, tras lograr reducir el exceso de peso, los pacientes se ven enfrentados a una realidad en la cual evolucionan con un gran exceso de piel y flacidez secundarios a esta baja masiva de peso. Situación que produce trastornos físicos y sicológicos. Se estima que 256 mil personas (aprox) necesitan una cirugía post-bariátrica, la que no está incluida en ninguna cobertura de salud.
Una cirugía reparadora para el famoso "abdomen de delantal", es crucial, ya que el tejido sobrante puede generar infecciones o incluso problemas psiquiátricos, por su repercusión en el autoestima.
En Chile ya hay movimientos ciudadanos que proponen que este procedimiento sea incluido en el Plan Auge, logrando algo similar a lo que se hizo con el programa "Sonrisa de Mujer".
Nuestros estudios y las experiencias internacionales hablan sobre el impacto positivo que tiene esta intervención reparatoria en la vida de los pacientes. Por este motivo creemos que las instituciones deben replantear su normativa y cubrirlo en su totalidad como parte integral del tratamiento de la obesidad en nuestro país.
Dra. Montserrat Fontbona, presidenta de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica
Informe Valech
Totalmente de acuerdo con levantar el secreto de la Ley Valech I. Pero me parece justo que, junto con ésto, también se haga una revisión exhaustiva respecto de cada uno de los favorecidos con los beneficios de esta Ley, ya que son muchos los que falsearon datos y hoy le sacan provecho a algo de lo que están usurpando y en la realidad le corresponde a personas que sí lo merecen.
Estoy seguro que van a tramitar lo primero, pero los sinvergüenzas van a seguir con el beneficio.
Carlos Olivares Covarrubias
Descentralización
Quien asuma la Presidencia de la República obviamente va a tener variadas prioridades que deberá enfrentar, aparte de la educación y la salud. Me refiero a la descentralización del Estado, esto es, a que el presupuesto nacional sea más equitativo. No puede ser que la capital se lleve la mayor parte de los recursos fiscales.
Todos estamos conscientes que es la capital, pero las regiones se quedan con un presupuesto insuficiente para su normal desarrollo armónico del país. De lo contrario, será como un monstruo cuya cabeza crece y crece, pero el cuerpo no. Es imperativo que cambie esto por el bien del país.
Un gran desarrollo de sus regiones generaría una economía más inclusiva, más armónica, más justa. Estamos también conscientes que en cuatro años no se va a cambiar radicalmente, pero se podrán sentar las bases a través de leyes que fomenten el desarrollo de las regiones conforme a la naturaleza de su economía productiva.
Hernán Rosas Arriagada
Calidad de las leyes
El escándalo que envuelve al Congreso por los plagios relacionados a asesorías parlamentarias esconde un trasfondo más preocupante. En primer lugar, está el despilfarro de dineros destinados a informes legislativos. ¿Quién vela por el buen uso de esos recursos que aportamos a través de tributos? Nadie al parecer.
En segundo lugar, el escándalo denota el problema endémico que sufre nuestra democracia: inflación legislativa. Nuestros representantes creen, erróneamente, que su función es hacer leyes de forma compulsiva. Mientras más leyes, mejor piensan ellos. Por eso, se vanaglorian de promover muchos proyectos de ley, como si eso fuera de por sí bueno. Por eso tenemos parlamentarios proponiendo normativas ridículas o absurdas.
El afán de hacer leyes compulsivamente conlleva otro problema. No saben qué discuten ni reflexionan acerca de lo que legislan. Incluso varios, como Ossandón o Guillier, han llegado a decir sin sonrojarse, que votan las leyes sin saber de qué tratan. Y es que al final del día, para ellos lo importante no es hacer buenas leyes.
Jorge Gómez Arismendi