Asesorías parlamentarias I
El escándalo del "copy paste", y por el cual se ha establecido que numerosos parlamentarios han pagado informes que son producto de sendos y vergonzosos plagios, es el último "regalo" con el que la clase política sigue tributando a la desconfianza ciudadana. Al respecto, existen numerosas voces que han buscado configurar a los parlamentarios involucrados como víctimas de la irresponsabilidad y poca rigurosidad de algunos asesores y de algunos centros de pensamiento contratados a la hora de elaborar dichas minutas o informes. No obstante, mi visión es muy diferente. Lo anterior, porque los parlamentarios deben, -en virtud del artículo 46 de la Constitución, entre otras obligaciones-, concurrir a la formación de las leyes, función que es fundamental en lo que es el buen andar democrático. Ante esto, los parlamentarios debieran establecer como una prioridad de su trabajo el análisis de distintas fuentes de información, a fin de poder llegar a la instancia legislativa con los medios suficientes que les permitan asegurar una discusión seria y rigurosa, y siempre orientada a la consecución del bien común.
Así entonces, y en función de los numerosos temas sobre los que los parlamentarios deben legislar, las asesorías e informes que reciben se transforman en uno de los insumos más importantes y valiosos a la hora de cumplir con su mandato constitucional. Sin embargo, y a la luz de lo que los hechos evidencian, buena parte de los parlamentarios son responsables en el escándalo del plagio. La conclusión anterior la justifico con dos argumentos. El primero es el relacionado con la escasa autofiscalización que ellos realizan de lo que es su entorno y lo que es la calidad de su propio trabajo. Esto es así, ya que un parlamentario que entiende lo importante de su trabajo debiera ser capaz de identificar una asesoría de calidad. El segundo argumento es el que refiere a la instrumentalización política que muchos parlamentarios hacen a la hora de elegir los asesores o los centros de pensamientos que le "ayudarán" en su tarea legislativa. Esto, en virtud que la mayoría de los parlamentarios ocupan los recursos del ítem asesorías, no en la contratación de expertos que pudieran brindar una visión especializada sobre un tema específico, sino que utilizan los fondos con el objetivo de devolver favores políticos, o bien para justificar la desviación de dineros a fin de ocuparlos en el financiamiento de campañas políticas o bien para sustentar económicamente a centros de pensamientos ideologizados, que poco o nada contribuyen a discusiones serias y rigurosas de los temas país.
PEDRO DÍAZ POLANCO. Director Escuela Administración Pública. Universidad Austral de Chile. Sede Puerto Montt.
Asesorías parlamentarias II
El día miércoles por la noche, un reportaje de Ahora Noticias dejó en evidencia los millonarios montos que pagan los parlamentarios a sus asesores por informes que resultaron ser parcial o totalmente un plagio, extraído de diversas plataformas web; todo esto analizado mediante un software que permite detectar el grado de similitud entre los documentos.
Es incomprensible saber que asesorías parlamentarias, que tienen como propósito apoyar y fortalecer la gestión legislativa, tengan un nivel tan deficiente y precario. Más aún, cuando se comprometen recursos públicos.
Entonces, inmediatamente surge la incógnita.
¿Con qué grado de seriedad se está legislando? ¿Se debe aplicar una mayor regulación en estos asuntos? Sin duda, la respuesta está a la vista, y es aquí donde los ciudadanos cumplen un rol clave, en donde deben someter al escrutinio público estas materias, ejerciendo control social sobre las autoridades, exigiendo y el buen uso de los recursos.
Como, a su vez, plantea un desafío importante a la institucionalidad para avanzar en materia de transparencia en estos temas.
Una vez expuesto lo anterior, nace otra pregunta: ¿Veremos acciones concretas o sólo será un tema que estará en la agenda por un par de semanas?
Sólo el tiempo será el encargado de otorgarnos la respuesta.
FRANCISCO SANTIBÁÑEZ SOTO. Estudiante Cs. Políticas y Administrativas ULagos.
Consejos Regionales
Los consejos regionales tienen por objetivo el desarrollo social, cultural y económico en las regiones del país.
Algunas voces les han atribuido falta de compromiso con dicho desarrollo.
A modo de ejemplo, mencionan los Centros de Formación Técnica que van a funcionar en cada región.
Es importante que esos establecimientos tengan excelente calidad, en lo cual deberían involucrarse los Cores, estipulando exigencias en dicho sentido. Sin embargo, ello no ha ocurrido.
PATRICIO FARREN CORNEJO.