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Familia salva de morir calcinada gracias a la heroica acción de un vecino

MILAGRO. Mujer estaba durmiendo junto a sus tres pequeños -de entre tres meses y tres años- cuando su vivienda de material ligero empezó a arder. Una persona, que vio salir el humo de la vivienda, llegó corriendo, echó abajo la puerta, los encontró y ayudó a los bebés a salir por una ventana, mientras las llamas estaban a punto a alcanzarlos. Ahora, tras la tragedia, aparece la esperanza.
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Carlos Alberto Urbina A.

La mañana de este sábado 2 de septiembre pudo quedar marcada como la peor en la vida de José Hijerra, pero el destino quiso que, pese a la desgracia que envolvió a su vivienda, la vida cobrara un nuevo sentido para él.

Completamente destruida resultó su pequeña casa, de material ligero y de aproximadamente 60 metros cuadrados, en el sector de Alto Bonito, específicamente en "Las Canchas".

Todo pasó muy rápido. Los elementos confabulaban para que el desenlace fuera de la peor manera, salvo por un detalle.

"Yo estaba fuera de la casa. Eran como las 10 de la mañana y estaba trabajando en unos galpones que quedan cerca. Desde allí vi humo, pero nunca pensé que era mi casa. Pensé que alguien quemaba unos neumáticos", relata José, quien se mantuvo tranquilo hasta que la alerta de una hermana cambió la situación. Y claro, sí se trataba de su casa.

"Salí corriendo, tomé el auto y fui", recuerda. Momentos de desesperación que acabaron de una manera impensada porque, pese a que su hogar ardía en llamas, su familia, a la cual había dejado durmiendo minutos antes, estaba bien, casi en perfecto estado. "El Checho, mi vecino, sacó a mi señora y mis hijitos", remata emocionado.

Acto heroico

El "Checho" es el apodo de Sergio Oyarzo. No obstante a la enorme confusión e impacto que ayer por la mañana había en medio de los escombros, José tenía la lucidez y tranquilidad para pensar en lo que hizo su vecino: "Le debo la vida de mis hijos", dice.

"Vivo al frente y había llegado recién de trabajar en mi colectivo. Me senté para ponerme los zapatos y, de suerte, me fijo que la casa (de José) estaba con humo y fuego. Allí salí corriendo, gritando, pidiéndole a todos que llamaran a Carabineros. Salí rajao' (sic), pero nadie salió en la casa. Golpeé y no respondían. Eché la puerta abajo, busqué, los vi, y los desperté", es el relato que horas después hacía el valiente Sergio.

El improvisado rescatista se muestra modesto, no le importan los créditos de su loable acción, pero está consciente de lo importante que fue. "Cuando vi el fuego desde mi casa salí y me dije 'Dios mío, la Elena está ahí con los niños... hay que sacarla' y entré", recuerda con alegría y, claro, orgullo. "Las cosas materiales se recuperan, la vida no", reflexiona.

Tras entrar a la casa, el "Checho" llegó hasta la pieza, despertó a todos y lanzó a los bebés por la ventana, el fuego hacía imposible escapar por otro lado. Con los niños a salvo, ayudó a salir a Elena.

"Yo me siento tranquilo, son cosas que cuando suceden, uno tiene que hacer algo, no te puedes quedar de brazos cruzados. Gracias a Dios esas criaturas están vivas", zanja el nuevo superhéroe del sector.

Empezar de cero

Cerca del mediodía, donde antes había una modesta casa, solo quedaban cenizas humeantes y escombros. No se salvó casi nada y eso tocó el corazón de los vecinos, partiendo por Sergio. "Me enfermó ver la casita quemada, ojalá que les ayuden", expresó.

La misma sensación de solidaridad embargó a los demás habitantes del sector, quienes rápidamente comenzaron a buscar algo material que rescatar y, aún más importante, entregar apoyo y cariño a los afectados.

Al lugar, por supuesto, también acudieron voluntarios de la Cuarta, Quinta y Octava compañías de Bomberos, los que determinarán finalmente el por qué de las violentas llamas.

Además se presentó personal de la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) de la Municipalidad de Puerto Montt -personalizado en la figura de Arturo Sánchez- para prestar la ayuda que fuese necesaria.

José asegura que se le comprometió apoyo, al menos, para remover los escombros que quedaron. Eso sí, no piensa edificar en el mismo sitio. "Trataré de construir un poquito más allá".

Según el padre de familia por ahora estarán albergados en la casa de su madre, que vive a algunos metros del lugar de la tragedia.

La mañana de este sábado 2 de septiembre pudo quedar marcada como la peor en la vida de José Hijerra. Eran las 10 y algo. José se enteraba que su casa estaba siendo destruida por un incendio. Se desesperó y corrió hacia el lugar para rescatar a su familia, pero ya no era necesario. La providencia ya había hecho su parte y al llegar abrazó a los suyos y supo que tenía una nueva oportunidad.

José tendrá que partir de cero, pero junto a los suyos. Lo perdió todo, más bien, perdió todo lo material. Su familia, el motor de su vida, está más viva que nunca.