En el marco del "Mes del Niño", conviene poner en relieve ciertas cifras que impresionan, porque representan aquellas "cifras negras" que no aparecen, por ejemplo, con motivo de la celebración comercial del Día del Niño. De hecho, la infancia es uno de los grupos de mayor vulneración en nuestro país, con una pobreza multidimensional cercana al 25%. Uno de cada cuatro niños nace en situación de pobreza y exclusión social y cerca de cuatro mil niños son explotados sexualmente y más de mil sufren en la calle.
Lo anterior, ha generado que organizaciones como la Fundación San Carlos de Maipo, haya dado a conocer algunas medidas para superar los problemas por los que atraviesa el sistema de protección a la Infancia en nuestro país; entre los que destacan la prevención, el análisis de las medidas cautelares o la reunificación familiar, iniciativas que se pueden implementar sin necesidad de un marco legal.
En ese mismo sentido, continúa la investigación por parte del Ministerio Público, para sancionar la responsabilidad que le cabe a quienes estuvieron al frente del Sename durante los últimos años, período en el cual se han producido cientos de muertes. Cuestión que no sólo se debe zanjar con las condenas respectivas; sino que por cierto, debe dar paso a la transformación del sistema estatal de protección de menores. No es posible que la institucionalidad siga como está.
A nivel local, las cifras de abusos sexuales contra menores de edad han aumentado considerablemente, incrementándose en un 15% las denuncias respecto del año anterior; lo que no sólo deja de manifiesto que la gente se está atreviendo a denunciar, sino que evidentemente deja en evidencia una realidad que hay que atender. Por todo lo anterior, es que este Diario ha tomado la iniciativa de levantar un tema tan sensible como éste, generando un seminario para el próximo jueves 31 de agosto, con el fin de conversar sobre este tema, y a partir de los testimonios que allí se produzcan, comenzar a crear conciencia sobre lo grave de esta realidad que nos afecta a todos. Es imperativo estimular y fomentar la denuncia, para acabar con estos abusos; así como trabajar en la capacidad que debemos tener todos como sociedad para reinsertarlos y no permitir más vulneraciones de este tipo u otras.