La región enfrenta desde la noche del lunes, un nuevo sistema frontal, que entre otras cosas, dejó a un número importante de vecinos sin luz, árboles caídos, calles anegadas y semáforos apagados; lo que obligó a algunos municipios a suspender las clases. En síntesis, nada distinto a lo que ha ocurrido otras veces. De hecho, la Onemi decretó la tercera Alerta Temprana Preventiva del mes el sábado, por el sistema frontal que se avecinaba. Por lo mismo, es que llama la atención la tardía reacción de las autoridades para adoptar medidas preventivas al respecto.
Porque el Comité Operativo de Emergencias recién se reunió ayer, para hacer un balance de la situación; en circunstancias que lo recomendable era reunirse el lunes -antes del inicio del fenómeno-, para anticiparse a ciertas situaciones y adoptar algunas acciones preventivas. Seguramente por ello, los municipios actuaron de mutuo propio y varios de ellos resolvieron suspender las clases en los establecimientos municipales; medida que al no ser transversal, finalmente termina afectando la vida de las familias, porque en más de algún hogar, hubo hijos que tuvieron que ir a clases, porque la decisión no incluyó a los establecimientos de educación superior, por ejemplo.
Pero más allá de eso, que puede ser discutible respecto de la autonomía de los municipios para resolver y la falta de una coordinación central; en lo que no hay dos opiniones es en la ausencia de Carabineros regulando el tránsito ayer, en varios puntos neurálgicos de la capital regional; o desviando el mismo, en aquellos sectores donde los árboles derribados en la vía constituían un real peligro para los conductores. No fueron pocas las arterias altamente transitadas donde no había una actitud preventiva por parte de la autoridad, considerando que los semáforos no funcionaban, el alumbrado público tampoco, y los árboles y ramas caídas de los mismos, trasformaban el transitar a la hora punta, en un peligro inminente. Y todo ello, pese a que era absolutamente predecible todo lo ocurrido, tomando en consideración la velocidad del viento anunciada para la zona.
En consecuencia, el llamado es a las autoridades a tener una cultura de la prevención, porque este tipo de fenómenos en el sur del país son habituales, y el normal funcionamiento de la ciudad no puede verse afectado a este nivel, por falta de prevención.