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A casi 50 años del cierre de "La Chamiza" los aviadores del ayer regresaron a su base

INÉDITO REENCUENTRO. Efectivos que sirvieron en el antiguo recinto aeronáutico, se reunieron en torno al espacio en el que hace medio siglo operaron los aparatos de la Fuerza Aérea de Chile, y en el cual fueron protagonistas de la historia.
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Luis Toledo Mora

Afines de 1967, la Base Aérea de La Chamiza, emplazada a escasos nueve kilómetros de Puerto Montt, cerró sus puertas.

El Grupo de Aviación N°5, unidad que con sus flamantes aviones DHC-6 Twin Otter ocupaba las instalaciones que rodeaban la pista emplazada en dirección sur norte, se trasladó hacia las nuevas dependencia en el sector de El Tepual.

A escasos meses de que se cumplan 50 años de años del cese de las operaciones, un grupo de más de 60 aviadores que prestaron servicios en el antiguo recinto militar, regresaron a Chamiza en el marco de la ceremonia conmemoratoria de su base, la que se realizó el viernes en la Plazoleta del Cóndor, que a un costado de la Carretera Austral recuerda la existencia del que alguna vez fue un espacio aeronáutico.

Si bien desde hace varios años la comunidad de Chamiza, que en el último tiempo ha presentado un explosivo crecimiento habitacional, realiza una actividad para homenajear a la unidad fundada en 1929 como Escuadrilla de Anfibios N°1, esta es la primera vez que los antiguos efectivos del recinto se daban cita al pie del monolito, que testifica que allí alguna vez operaron aviones y helicópteros militares.

"Nos habíamos juntado en Santiago, pero esta es la primera vez que nos reunimos acá en lo que fue nuestra base. Esta fue una iniciativa que nació del actual comandante del Grupo N°5 Rodrigo Fuentes, que nos planteó la idea", contó a El Llanquihue Víctor Orellana, sargento mayor en retiro de la FACh, uno de los gestores del reencuentro.

La tarea no fue fácil, y partió por reunir nombres de quienes trabajaron en la base. "Llegamos a una lista de 180 personas con sus direcciones, a quienes les enviamos una invitación (por correo), algunos dicen que les llegó y otros no, pero al final llegamos más de 60", indicó.

Mecánico y artista

Uno de los hombres sirvió en La Chamiza, es el hoy destacado artista plástico puertomontino, Luis Rojas Quijada.

"Llegué en 1960, tras egresar de la Escuela de Especialidades después de tres años de estudio, en plena época del terremoto. Nos trasladaron a El Tepual para trabajar en la pista atendiendo a los gigantescos aviones Globe Master que llegaron para el puente aéreo de ayuda humanitaria. En La Chamiza yo era mecánico de aviación, y trabajaba en mantenimiento de los DHC-3 Otter fabricados por la empresa canadiense De Havilland, que eran aparatos muy lentos, con un gran motor y que podían aterrizar en cualquier parte. Yo en ese tiempo tenía sólo 17 años", recordó Rojas.

El suboficial mayor (R) Pedro Espinosa es uno de los efectivos que trabajó en La Chamiza. "Fui destinado a esta base el 6 de febrero de 1961, como mecánico de los helicópteros Sikorsky S55C. Acá habían dos que recibieron los nombres mitológicos Macuñ (el chaleco utilizado para volar por los brujos chilotes) y Trauco, y que realizaban múltiples vuelos de apoyo a la comunidad. Por cinco años trabajé en labores de rescate en las áreas de Chiloé insular y continental", contó.

Una de sus historia en vuelo, es una evacuación aeromédica realizada a una joven embarazada, quien presentó síntomas de parto a bordo de la aeronave. "En niño casi nace en el helicóptero", dijo.

Tirados con bueyes

Las operaciones, en la pista orientada en sentido sur a norte, emplazada en el espacio que hoy ocupan una planta salmonera y parcelas habitacionales, no eran sencillas. Como la unidad nació con aviones anfibios, la aproximación para los aterrizajes se realizaba desde el mar.

"Los aparatos anfibios aterrizaban en el agua, y los sacaban con una yunta de bueyes. Hoy el monolito con el cóndor se ubica a un costado de lo que era la pista, aproximadamente en la mitad", contó el suboficial mayor (R) Renán Fernández, quien trabajó hasta 1963 en el recinto.

Uno de los testigos del cierre de la base, en noviembre de 1967, fue el suboficial mayor (R) Hernán Delgado, quien se desempeñó como escribiente administrativo. "El traslado a El Tepual fue complejo, porque no se contaba con los medios que hay ahora, pero lo hicimos con mucha voluntad y esfuerzo", dijo.

Reunión

El encuentro de viejos camaradas, fue profundamente valorado por el comandante del Grupo N°5, comandante Rodrigo Fuentes.

"Esta reunión viene planificándose desde principios de este año, con el propósito de haber juntado por primera vez a ex integrantes de La Chamiza. Acá llegó gente de lugares distantes, como Santiago o Punta Arenas, y muchos de ellos no habían visto nunca la ceremonia que la comunidad y los vecinos del sector de Chamiza realizan para homenajear al Grupo N°5 que nació aquí, por lo que se van a ir con una impresión muy grata del cariño que despertaron en estas familias y que aún perdura", explicó el oficial. Tras la ceremonia, los chamizanos siguieron compartiendo sus recuerdos en una actividad de camaradería, que se desarrolló en dependencias del club de suboficiales en retiro de la Fuerza Aérea, en Puerto Montt.