Esta semana nos enteramos que cerca de nueve mil extranjeros se han incorporado a Fonasa. También hemos conocido informes como el de la Cepal y la OIT, que revelan que entre 2010 y 2015 la inmigración creció en promedio 4,9% por año, por sobre México y Brasil, siendo Chile el país de Latinoamérica donde más se ha incrementado el ingreso de extranjeros. De hecho, en nuestra región durante 2016 el número de personas de otros países aumentó en más de un 30%, de acuerdo a cifras de extranjería.
Estas señales nos llaman a legislar de manera seria y responsable. Porque una política migratoria bien trabajada puede significar un gran aporte para nuestro país. Así lo hemos vivido en carne propia desde el siglo XIX, cuando comenzaron a llegar las primeras colonias alemanas a nuestra región, cuyo aporte ha sido notable. También destacamos la relevante contribución del inmigrante Árabe.
Algo similar ha ocurrido con la contribución que los médicos extranjeros han realizado al sistema público de salud, sobre todo en los sectores rurales de nuestra región, lo que no solo ha permitido dar mayor cobertura, sino que principalmente ha ayudado a mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos. Enmendar el rumbo, revitalizar nuestra economía y volver a crecer son importantes desafíos para un próximo gobierno, ya que esto nos permitirá retomar el camino hacia el desarrollo. Pero ese objetivo nos obliga a estar a la altura de las circunstancias, y trabajar de manera inclusiva con todos. Como lo ha planteado el Presidente Sebastián Piñera, es importante que los extranjeros que ingresan a Chile puedan encontrar buenas condiciones para vivir y desarrollarse. Pero también debemos avanzar en medidas concretas que impidan el ingreso de personas que hayan cometido delitos graves en su país de origen.
Algunas propuestas para este debate apuntan a avanzar en fortalecer nuestras fronteras y profundizar los convenios con países limítrofes; establecer la expulsión de aquéllos que cometan delitos de mayor connotación social, y -en paralelo- implementar un sistema tecnológico que centralice la información de los organismos públicos y homogeneicen el control de la entrada y salida de los extranjeros al país.
El Presidente Piñera lo ha dicho de forma clara: tenemos que sumar todos los aportes que los extranjeros puedan realizar a Chile. Así, una señal de alerta es el aumento de inmigrantes en el comercio ambulante, que afecta directamente el mercado formal de nuestra región, que ha sido una de las que menos ha crecido durante el último año. Sin duda este es uno de los desafíos que deberá corregir la nueva política migratoria. Aún estamos esperando el proyecto que propondrá el gobierno de la Nueva Mayoría, pero al parecer será otro de los desafíos que deberá enfrentar el próximo gobierno, esta vez liderado por Chile Vamos.
Iván Moreira Barros,
senador de la Región de Los Lagos