Desde que se confirmó que el ex mundialista uruguayo, Washington Sebastián Abreu, arribaría a las filas de los Delfines, el mundo del fútbol a nivel nacional -y por qué no decirlo, a nivel internacional- posó sus ojos en esta fría y lluviosa tierra del sur de Chile. Hoy, varias semanas después de la llegada del goleador uruguayo -y más allá de los réditos futbolísticos que uno pudiese analizar- lo cierto el que el fenómeno del "Loco" sigue activo en todos lados. Cancha a donde ha llegado el club del Velero ha sido atractivo y un rival con el que todos quieren jugar. Por otra parte, los medios siguen llegando a nuestra zona para conocer la historia de por qué el charrúa terminó jugando en un club que ni siquiera está en Primera A.
Todo, claro, tiene un claro destino que se debe aprovechar desde lo futbolístico, pero también desde lo ciudadano-social.
Dentro de la cancha, el desafío es mayúsculo para los hombres de Correa, puesto que frente al ex seleccionado celeste, todos se quieren lucir.
Arruinar el protagonismo del "Loco" incentiva a nuestros rivales, por lo que los Delfines deberán redoblar esfuerzos para destacar en nuestra división. Los "Hijos del Temporal" deben ahora hacerse fuertes y tomar este desafío como un aliciente para superarse a si mismos.
Desde lo social, pese a que pasa el tiempo, siguen llegando interesados de otras ciudades -cercanas y no tanto- quienes quieren conocer más de cerca a la estrella. Mostremos entonces nuestra mejor cara: una ciudad limpia, con un comercio dispuesto a atender a visitantes (sobre todo en día de partido) y con una actitud hacia el visitante que haga que quieran volver.
Desde la dirigencia también ya se han hecho gestiones y el amable Sebastián ha acudido a diversos lugares a que lo conozcan, él a conocer a la gente y unirse en afectos. Que esto siga así y que su figura nos sirva para sacar lo mejor de los puertomontinos. Esta siempre fue la idea, quien no la entendió, aún está a tiempo de sumarse por el bien del fútbol, de Puerto Montt y de todos.