El grupo era diverso. Había mujeres de distintas edades, pero todas tenían un pasado común: el haber sido en su niñez y juventud una de las alumnas internas del Colegio Inmaculada Concepción de Puerto Montt, entre los años 1979 y 1991.

A las 10 horas de ayer, comenzaron a reunirse en el establecimiento emplazado en el barrio Seminario, que el año 1996 cerró las puertas de su internado. Llegaron 40 antiguas compañeras, muchas de ellas hoy ya son madres, han conformado sus familias y son profesionales de distintas áreas, pero en esta junta que se extiende por todo el fin de semana volvieron a ser niñas.

Verónica Flores, una de las organizadoras de la actividad (que estuvo interna entre los años 1981 a 1984) precisó que la idea comenzó a gestarse en 2011, cuando falleció Anita Stange, una de las compañeras del internado.

"En el velatorio, junto a Lorena Hott e Ivonne Kuschel, tuvimos la idea de hacer un encuentro de internas del colegio. Pasaron los años, sufrí una enfermedad grave, y tomé la decisión de materializar tareas que tengo pendientes, entre ellas esta reunión", explicó.

Para ello comenzó con la tarea de reunir los contactos. "En principio éramos 20, logramos llegar a una lista de 120 y tener en un grupo de WhatsApp a 80. Finalmente, al encuentro llegaron 40", contó.

Durante la mañana las antiguas estudiantes recorrieron el que fue su colegio, y en la capilla entregaron un reconocimiento a tres auxiliares que las cuidaron en su paso por el internado.

"Estuve trabajando en el colegio más de 40 años, para mí es una emoción encontrarme con las niñas internas que hoy ya están convertidas en mujeres. Yo encuentro que las caritas de muchas están iguales, les agradezco hayan tomado un tiempo para reconocer nuestro trabajo", dijo Miriam Castro Oyarzo, una de las auxiliares de antaño.

Viaje a Ensenada

Tras visitar el colegio, las ex alumnas partieron hacia Ensenada, para pasar un fin de semana de camaradería en el quincho de otra de sus compañeras, Patricia Leichtle, quien se encargó de la logística del reencuentro.

"A mi me tocó organizar todo lo que es la comida. El menú es lomo vetado con papas gratinadas, ensaladas y postres varios. El encuentro se va a desarrollar hasta el domingo, por lo que también hay once, cena y desayuno", contó la ex estudiante que pasó nueve años en el internado, ya que su familia vivía en Los Muermos.

Desde Concepción, llegó Lorena Schwerter, que vivió su niñez en el sector de Paraguay Grande y en el internado de su colegio. "Fue increíble volver a ver los rostros que dejé de ver hace tantos años, y recordar nuestras actividades, las comidas y hasta los rezos", dijo.