Las reservas del porvenir deportivo de Puerto Montt están en muy buen pie y prometen un esplendoroso futuro. En el cual hay que confiar, siempre que le aportemos a esa juventud la merecida infraestructura y equipamiento.
El ciclismo porteño es el que más a menudo están brindando satisfacciones tanto en el plano nacional como internacional. Sus muchachos conquistaron medalla de oro en cuarteta en el Campeonato Panamericano Junior de Ciclismo en México. Son logros que han concretado con el máximo esfuerzo y sin disponer del anhelado velódromo, lo que los obliga a acudir a otros escenarios para prepararse. ¡Se imaginan la potencia que sería Puerto Montt en ciclismo, si contase con el soñado recinto!
También, está muy nítido en la mente el gran cetro Sudamericano obtenido hace poco por la Selección Chilena Juvenil, donde una de sus figuras vitales es el puertomontino Kevin Rubio, quien ahora anhela integrarse a algún club de renombre internacional. Alcanzar esos altos niveles no es más que el fruto del admirable impulso a las series menores del baloncesto porteño, con clubes como el CEB y las oportunidades de participar que ofrecen ligas como la de Saesa, el trabajo del Departamento Extraescolar y Oficina de Deportes. Más el decisivo apoyo de autoridades como el alcalde Gervoy Paredes, que lideró la restauración del Gimnasio Municipal, clave para el desarrollo cestero. Así reconocido por dos grandes legendarios deportistas del básquetbol porteño: Heriberto Soto y Daniel Oyarzo.
El boxeo sureño, igualmente, -pese a carecer de recursos y de recintos, en medio de una pobreza franciscana-, también ha resonado gracias a los atributos y voluntad de superación del juvenil fresiano Junior Cruzat, quien ganó un título internacional de promesas pugilísticas en Estados Unidos.
El remo -de notables actuaciones internacionales- tampoco llega a consolidarse, por carecer de la casa de botes, su mayor aspiración.
¿Qué más pruebas queremos, para justificar un apoyo definitivo al Deporte en Puerto Montt?