En el Día del Bombero, el mejor tributo que les podemos ofrecer a los nobles Caballeros del Fuego, desde Puerto Montt y su comunidad, es la más profunda expresión de gratitud y admiración hacia su tan noble, solidaria y valiente misión en la vida: proteger a su prójimo de la horrible tragedia de los incendios, como asimismo de otras riesgosas emergencias, ya sean accidentes o desastres naturales como los ya enfrentados.
¿Qué mueve a los Bomberos a cumplir tan peligrosa y difícil tarea, preventiva y de acción, voluntariamente, sin recibir retribución monetaria alguna?
Nada más que la fuerza incontenible de la generosidad de sus corazones, que los impulsa al servicio protector de la comunidad y aún en las más increíbles situaciones de adversidad.
Para ello, es que tenazmente se preparan y esfuerzan en la modernización de sus equipos móviles, implementos y vestuario. Y tras ese objetivo, cada año convocan a la población para que les colabore en sus campañas económicas del sobre y sorteo de donaciones, entre otras iniciativas pro fondos.
La dinámica de la labor bomberil se refleja en el constante auge de sus salidas diarias por emergencias y hasta falsas llamadas: de mil 300 en el año 2005, por ejemplo, aumentaron a casi 4 mil en el 2015. Prueba de los imperativos de oportuna respuesta ante una realidad demográfica en fuerte incremento, que requiere de un mayor apoyo de Bomberos en una gran urbe que no para de crecer.
En el Día del Bombero, no sólo agradezcamos el valeroso servicio de cada uno de ellos, sino que al mismo tiempo consolidemos el compromiso de colaborar más a la institución. Partiendo desde el empresariado, las industrias, la banca, el área del retail, sector hotelero, entre otros. Y de la ciudadanía misma en las cruzadas anuales (sobre y sorteo).
Apreciados Bomberos, -tesoros humanos vivos de nuestros días y la gran reserva humanitaria del presente-, reciban nuestro saludo más afectuoso y agradecido en esta fecha especial. La comunidad los quiere y admira.