San Pedro y los hombres de mar
Hoy culmina homenaje a San Pedro, organizado por pescadores de Anahuac, con la tradicional procesión marítima.
En cada puerto, como nuestro Puerto Montt, para sus pescadores artesanales, la conmemoración de San Pedro, en un día como hoy 29, tiene un significado muy especial y profundo. Sobre todo, porque siendo su Santo Patrono, le profesan una profunda fe, venerándolo como su más generoso guardián y benefactor. Y cada vez que se hacen a la mar en busca del sustento, hurgando las entrañas marinas, se encomienda a él con la mayor confianza en su misericordiosa ayuda.
Por estos días, los pescadores de la caleta de Anahuac han estado realizando diversas actividades, inspiradas en ese tributo a San Pedro, pescador también y principal apóstol de evangelización. Una de ellas -la más notable- ha sido, sin duda, la invitación y traída a nuestro bordemar de los alumnos de una escuelita precordillerana de Cochamó. A quienes atendieron con mucho cariño, mostrándoles en detalle cómo trabajan y llevándoles en navegación por la zona insular cercana. Los pequeños, que no conocía el mar, quedaron impresionados y se mostraron agradecidos de ese noble gesto.
La culminación de los actos en honor de San Pedro se concretará esta tarde a las 13 horas, con la tradicional procesión marítima. Será encabezada por la imagen del santo, embarcando los peregrinos en el terminal de Empormontt en navegación por el canal de Tenglo hasta Anahuac y desde allí al sector frente a la Plaza de Armas y finalizando en los Astilleros Kochifas.
En este día recordatorio del santo patrono de los hombres que fincan su porvenir y el del país en las actividades del mar, junto con rendirles un homenaje de reconocimiento a esa sacrificada labor y de rogar las bendiciones de su santo protector, hacemos presente una vez más el imperativo de saldar una vieja deuda en torno a la temática marítima: la necesidad de reponer el Monumento al Hombre de Mar, dedicado al capitán mercante Luis Alcázar, que se erigió frente al recinto portuario, en la década del 60´, y que años después desapareció de la faz porteña sin explicación alguna. Nuestra gente de mar merece esa reivindicación, respeto y gratitud.