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Padre de minero muermino mantiene esperanzas de que su hijo esté con vida

EN AYSÉN. Trabajador permanece desde la madrugada del viernes al interior del yacimiento Cerro Bayo en Chile Chico. Familiar cree que se encuentra dentro del refugio del pique Delia 2. DAMAS DE ROJO. Un grupo afiatado de mujeres respondieron con amor y esfuerzo al legado de sus fundadoras.
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Luis Toledo Mora

A sus 74 años, José Ojeda Villarroel está físicamente en un fundo de Paraguay Chico, en la comuna de Los Muermos, pero su atención está puesta a más de mil kilómetros de distancia.

Su hijo, Enrique Ojeda González (33 años), es uno de los dos mineros que desde la madrugada del viernes permanecen atrapados al interior de la pique Delia 2, del complejo aurífero Cerro Bayo, en la Región de Aysén.

"Estoy muy preocupado por mi hijo, pero tengo la esperanza de que esté dentro del refugio. Dicen que tal vez estén vivos los dos que están atrapados. Vamos a ver qué pasa, porque escuché que llegó una máquina empezó a excavar en la mina", dijo, precisando que el sábado se enteró del accidente por el aviso de otro de sus hijos, que partió junto a su madre a Aysén.

Consultado si ha recibido algún tipo de apoyo tras el accidente minero, contó que "las autoridades han tomado poco contacto conmigo tras el accidente. El lunes, el jefe del retén de Carabineros de Paraguay Chico vino a conversar acá a la casa, y el alcalde de Los Muermos que me consiguió con la Gobernación los pasajes para irme a Aysén; pero yo estoy complicado de salir, porque estoy a cargo de un fundo y vivo solo".

Ayer, el hombre que reside en el sector rural distante a 35 kilómetros de Puerto Montt, recibió la visita del edil muermino, quien llegó acompañado del jefe de retén de Carabineros, quien efectuó una segunda visita al angustiado padre.

En la oportunidad, José Ojeda dialogó con El Llanquihue sobre su hijo que se encuentra a cerca de 250 metros de profundidad al interior de la mina.

"Él siempre viene para acá cuando tiene vacaciones, en marzo estuvo como dos semanas y me ayudó a hacer leña, es un muy buen muchacho, tranquilo, que le gusta estar en su casa. No es bueno para salir, y es fanático de la mecánica. Tiene dos camionetas que arregla él mismo", contó.

El comienzo

Hace más de seis años que el muermino Enrique Ojeda González partió a la Región de Aysén a buscar su futuro.

"Un vecino y amigo de él, con el que crecieron juntos acá en Paraguay, tenía familiares allá, por lo que partieron juntos a buscar pega. Allá trabajaron en otras cosas primero, hasta que entraron a trabajar a la mina. Allí él vio que estaba bien, que empezó a ganar más plata. A mi hijo le gusta su trabajo", relató.

El amigo muermino, al tiempo, regresó a la zona, mientras que Enrique Ojeda continuó como operador en el yacimiento de oro de la empresa canadiense Mandalay Resources. "Yo creo que está con vida, porque abajo tienen un refugio con cosas de comer. Ahora hay que esperar que lo saquen", dijo con esperanza su padre. Sobre la posibilidad de trasladarse al lugar del accidente, dijo que estaba a la espera de más información respecto al rescate.

El alcalde de Los Muermos, Emilio González, sostuvo que "tomamos contacto con nuestro vecino para ofrecerle nuestro apoyo. Los pasajes aéreos están conseguidos en la Gobernación, y en caso de ser necesario lo vamos a trasladar al aeropuerto cuando él decida viajar".

El suboficial mayor Patricio Calderón, jefe del Retén de Carabineros de Paraguay Chico, quien conoce al minero muermino atrapado en Cerro Bayo, dijo que "se trata de un joven muy preocupado de su padre que ya es adulto mayor; es un joven de nuestro sector que estudió en la escuela del lugar".


43 años de compromiso de unidad y servicio con enfermos del Hospital local

Con la implementación de una sala para recibir familiares de pacientes UTI en el Hospital Puerto Montt, el voluntariado Damas de Rojo recordó el aniversario número 43.

Fue creado en 1974, a solicitud de la esposa del intendente de la Región, Juan Soler Manfredini, Adriana Bolt de Soler, al enterarse de las necesidades que tenían muchos enfermos de sala, especialmente los que venían en busca de tratamientos desde Valdivia hasta Chiloé.

De esos recuerdos, hoy sólo cuentan con dos voluntarias fundadoras activas: Lidia Mancilla Barría y Nelly Bustamante Bórquez. Ambas fueron galardonadas con reconocimiento a su trayectoria. Lidia Mancilla estuvo ausente por razones de salud, por lo que la distinción lo recibió su hija.

Además, cuentan con dos socias honorarias, Raquel Fernández de Cifuentes y Sonia Olavarría Francke.

El voluntariado inició sus tareas con 40 voluntarias y hoy son 27, las que son dirigidas por la presidenta Adriana Neira Martínez.

La institución comenzó su programa de celebración con una misa de Acción de Gracias, celebrada por el capellán Héctor Aniñirr, quien bendijo la altruista labor de este grupo de damas que se identificaron por su impecable uniforme rojo y cuello blanco y su atenta mano solidaria.

Al término de la misa se entregaron las distinciones, incluyendo un reconocimiento al director del Hospital, Yuri Carvajal Bañados.

La intención de las damas fue entregar en este aniversario la sala de cuidados intensivo, pero no alcanzaron -por ahora- a cumplir ese sueño.

Esta sala fue habilitada por gestión de las voluntarias ante las empresas Dimarsa y Weitzler, y permitirá que familiares puedan estar en un espacio a la espera de la información médica.