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La increíble travesía de un talento local

MÚSICA. El emergente violista, Iván Alvarado, cuenta cómo se encontró con este instrumento que hoy lo llevan de Maullín a los escenarios.
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María Consuelo Ulloa

Su primer encuentro con la música fue gracias a un clásico del cine. Desde ese entonces no hay nada que haya detenido el camino artístico del ahora violista local, Iván Alvarado, ni siquiera el tener que cruzar en bote y luego viajar cerca de dos horas para perfeccionarse en el instrumento

El joven, quien recientemente acaba de finalizar la carrera de Tecnología Médica, sabe de sacrificios y perseverancia, porque pese a que comenzó hace poco a desarrollarse en esta área, ya ha liderado varios proyectos que demuestran el gran talento que lo respalda.

"Cuando yo conocí la viola estaba en cuarto medio, entonces, ahí mi futuro musical no era muy prometedor, para no decir que no había futuro, pero todo se ha dado tan naturalmente que me terminé enamorando de la música", dice la promesa local.

Fue al mismo tiempo de entrar a la universidad, cuando el músico comenzó en la Orquesta Sinfónica de Puerto Montt como música. Al año siguiente, fue becado por la Fundación de Orquestas y entró a la agrupación regional de la Foji para, en el tercer año, ser nombrado director de la Orquesta de Cámara Juvenil de Puerto Montt, y finalmente, formar su propio ensamble llamado "The Cadenza Strings " con el cual toca actualmente en diferentes escenarios.

Pero la extensa trayectoria de Iván no se detiene en estos logros, porque su ambición es llegar aún más lejos y poco a poco lo está logrando. Hoy profesionaliza su carrera en el Teatro del Lago, donde estudia con la violista española, Sara Marigómez.

De maullín a españa

"Toda la culpa de mi llegada a la música la tiene 'Titanic', porque como vivo en Maullín están todos estos botecitos y lanchas y eso hizo que siempre me gustara el mar, entonces cuando vi en televisión la película este enorme barco de lujo me impresionó, y claro, había una orquesta y cuando veo que se empieza a hundir, quedo hechizado y veo que los músicos están tocando al final y dije 'tengo que tocar violín', porque ahí no conocía la viola", recuerda el artista, quien tuvo en el apoyo un profesor -que lo recibió en un conjunto de niños- su principal tesoro.

Esa inspiración lo llevó a dedicarse de manera tan metódica a dicho instrumento, quepara Iván no ha sido problema viajar por horas para llegar a sus clases con la española.

"Yo vivo en el sector rural de La Pasada y en ese lado no hay buses regularmente, por lo que para llegar aquí hay que viajar desde muy temprano, cruzando el río y de ahí tomo un bus a Puerto Montt. Antiguamente iba a la universidad y de ahí al teatro en Frutillar", cuenta Iván.

"Dormía y estudiaba en el bus. No era como que me sentaba y miraba el cielo. Si iba al teatro estudiaba las partituras, terminaba los ensayos y de vuelta estudiaba para la universidad", relata el también director local.

Por ahora, Iván está centrado en reunir los fondos necesarios para llegar hasta España en 2019, donde debe finalizar sus estudios de dirección orquestal.