El postergado y tramitado Monte Verde de Puerto Montt -no obstante ser un descubrimiento arqueológico de talla mundial-, por fin, acaba de recibir la importante noticia que confirma que se concretará el proyecto del Museo, que preservará sus cientos de reliquias prehistóricas encontradas allí hace 40 años y que hoy se custodian en Valdivia.
En reciente visita, la ministra de Bienes Nacionales, Nivia Palma, materializó el traspaso al municipio local de la totalidad de los terrenos, en Egaña alto, donde estuvieron los estanques de combustible, para que en ese amplio espacio se concrete el plan museológico y la habilitación de un gran parque urbano. Antiguas y sentidas aspiraciones puertomontinas, relacionadas con la puesta en valor de este milenario hallazgo, que avanza hacia un reconocimiento global como patrimonio de la humanidad; así como también para dar satisfacción a los clamores ciudadanos de áreas naturales de esparcimiento.
La historia del lugar destinado al referido museo -donde funcionó 44 años el llamado Puerto Petrolero- anota que éste se instaló el 4 de febrero de 1961 en el área de Vista Hermosa, donde estuvo la Chacra Cabrera y un recinto de fútbol amateur. Con el crecimiento de la ciudad y de las poblaciones Lintz y 18 de Septiembre, la peligrosidad de ese complejo de combustible se hizo evidente, siendo necesaria su erradicación en 2005.
Pues bien, ese mismo sector y predio está reservado hoy para hacer realidad el sueño monteverdino: la moderna infraestructura y de avanzada tecnología, que preservará uno de los tesoros prehistóricos más relevantes de los últimos tiempos. Y el cual reveló que aquí en Puerto Montt habitaron los primeros asentamientos humanos del continente americano, conforme lo señalan las excavaciones en 1977 de los arqueólogos liderados por el científico estadounidense Tom Dillehay.
Ya está la base del gran proyecto. Y el desafío ahora es asentar allí el despegue definitivo de Monte Verde, como el gran emblema -cultural y turístico-de Puerto Montt en el plano internacional.