Mientras surjan iniciativas emprendedoras, atractivas y que aporten al desarrollo turístico, que contribuyan a erradicar la estacionalidad de este rubro en la temporada invernal, como la que ha puesto en marcha en este riguroso otoño el Sindicato de Pescadores de Anahuac,-denominada la Fiesta del Mar-, podemos confiar en tiempos mejores en el funcionamiento de la industria sin chimeneas de Puerto Montt.
El reciente fin de semana, la costera caleta que antecede a Chinquihue se transformó en el centro de lo más variado y sabroso de la gastronomía basada en la rica productividad marina genuinamente puertomontina. Donde las preferencias y apetitos de la entusiasmada concurrencia se concentraron en las merluzas fritas y en el cebiche, sierra a la parrilla, cancato de atún, curanto, caldillo de congrio y empanadas de mariscos, al estilo nuestro.
La solidaridad también destacó en este evento, por cuanto los dineros recolectados se aportarán a los socios del Sindicato de Pescadores de Anahuac, que están enfermos y con procesos judiciales.
Los pescadores porteños, en esta oportunidad, contaron con la importante colaboración de la Municipalidad; la Universidad de Los Lagos; Frederic Emery, de la Asociación de Gastronomía de la Provincia de Llanquihue; Fundación Mary, de Santiago, y grupos foclóricos. Lo que les permitió organizar exitosamente el pie inicial de un encuentro gestronómico-cultural, que así se integra entre las atracciones autóctonas de los inviernos puertomontinos. Que gradualmente van adquiriendo encantos especiales- para turistas y residentes-, que hacen recibir el mal tiempo verdaderamente con muy buena cara y optimismo. Con la opción de compartir los inolvidables momentos que la ciudad-puerto ofrece bajo la lluvia.
¡Qué mejores momentos y experiencias familiares, que aquellas acompañadas de un agrado gastronómico, sorpresas folclóricas y alguna charla instructiva, como la de la preservación de las ballenas que se escuchó en esta ocasión!
Un acierto total, el de pescadores de Anahuac.