Este jueves, la Presidenta Michelle Bachelet rendirá la última cuenta pública de su periodo al país. Un discurso que, esperamos, tenga anuncios respecto de los desafíos que falta por cumplir, pero que también deje en claro a todos los chilenos cómo ha avanzado nuestro país, en materia de equidad, y que sólo se ha logrado gracias a políticas sociales que este gobierno comprometió y ejecutó, y que están lejos de ser lo que un gobierno de derecha podría querer. Con orgullo, la Presidenta podrá destacar que se ha implementado con éxito la primera etapa de la gratuidad en la educación superior, beneficiando al 60% de los matriculados en la Región de Los Lagos. Esto, qué duda cabe, apunta a trabajar en pos de un país que otorgue más oportunidades para todos. También tendrá la posibilidad de transmitir a los chilenos que se ha avanzado en materia de descentralización, aprobando la elección de gobernadores regionales, lo que, esperamos, pueda llevarse a cabo este año, al dar celeridad a la tramitación de la ley orgánica que permite esta elección. Para la DC este ha sido un tema clave, y así lo hemos dicho desde el primer día; por eso, no hay espacio ni para cálculos electorales ni para excusas. No podemos olvidar la Reforma Tributaria, que ha transformado nuestra estructura tributaria a una progresiva donde pagan más los que ganan más.

Y qué decir de la puesta en marcha de la nueva ley de relaciones laborales, que si bien está lejos de lo que hubiésemos esperado- producto de la intransigencia de la derecha- hoy los trabajadores pueden sentirse seguros, al contar con sindicatos más fuertes, con relaciones con el empleador más transparentes. La Presidenta podrá dar por cerradas iniciativas que ya se encuentran en tramitación o que están pendientes, pues a estas alturas el realismo es clave. En esa lógica, es fundamental cumplir lo planteado en programa Gobierno, pero también ver cómo damos respuesta a demandas sentidas por la comunidad, como un cambio al sistema previsional. Esto, por cierto, debe ir en la línea de garantizar mejores pensiones y con sostenibilidad financiera con posibilidad que las personas puedan decidir.

Patricio Vallespín López.

Diputado de la República. Región de Los Lagos.

Tras la sufrida e inestable pasada temporada futbolística, cumplida por Deportes Puerto Montt, que terminó en la medianía del escalafón no obstante esos escollos, ya se asoma un desafío más para los albiverdes en la palestra secundaria del balompié rentado nacional, frente a otra temporada que ofrece una nueva opción para superarse.

La renovación del directorio del club porteño y su bien estructurada y metódica organización, que abarca diferentes importantes tareas, -enfocadas en proyectar de manera eficiente al club a la comunidad en su contexto global e integral-, despierta grandes esperanzas en la hinchada seguidora y entre los puertomontinos. Los mismos que siguen soñando con ver al plantel en la primera división y con una institución cada vez más grande y prestigiada.

Frente a la crisis económica que afecta a la entidad, que tantas zozobras hizo pasar al equipo en la reciente etapa, desde luego, que la prioridad urgente de los nuevos directivos es abocarse a la generación de los recursos destinados a financiar una marcha estable y promisoria de Deportes Puerto Montt. Un capital que garantice la formación de un plantel futbolístico competitivo y capacitado para ascender. Lo que bien puede lograrse, si se allega una cantidad de socios a la altura de lo que es una gran población de una capital regional estratégica y futurista como la nuestra. Así como también conquistar el interés y las expectativas del empresariado, haciéndoles ver que si colaboran, ese respaldo fructificará en mejores campañas del equipo, en popularidad institucional y en saltar a un mejor nivel. Lo que se traducirá -en el plano de las empresas- en eficiencia publicitaria y en el rescate de los fondos aportados. En otras palabras, no se trata de una obra de caridad el apoyo empresarial, sino que de una inversión deportiva, que reporta importantes beneficios si las cosas se hacen bien.

Las carencias y angustias sufridas en el campeonato reciente, no tienen por qué volver a repetirse. Más aún, si todo está bien organizado y la mística y la fe continúan ardiendo con vigor.