Paulatinamente, va adquiriendo más volumen y peso, la idea-propuesta de planificar la habilitación en Puerto Montt de un terminal exclusivo (rada de Pichi-Pelluco) para la recepción y atención de los grandes transatlánticos, que en sus giras turísticas por el mundo también recalan en nuestra bahía, en el marco de una industria -como la de cruceros- que es de enorme potencialidad y proyecciones socioeconómicas en el turismo como clave pilar de desarrollo para esta capital regional.
La generalidad de los puertomontinos aprueba la iniciativa, comenzando por los personajes representativos de los diversos sectores de la comunidad. Y, últimamente, han dado su consentimiento al respecto, el intendente regional Leonardo de la Prida, y algunas autoridades de los ámbitos turísticos. Aunque, al mismo tiempo, son partidarios de concretar minuciosos estudios de prefactibilidad acerca de la rentabilidad económica y social del referido proyecto, el cual es propiciado por la Municipalidad y la Empresa Portuaria Puerto Montt.
En todo caso, lo evidente y que cada vez se complica más, es que el histórico puerto frente a Tenglo continúa con serias limitaciones de calado, que le impiden el atraque de grandes naves como los cruceros internacionales, obligando al traslado de pasajeros -muchos de ellos de la tercera edad- en embarcaciones a tierra firme. Además de prestar los servicios requeridos a los visitantes bajo una carpa, que no es lo más propicio y a tono con un puerto influyente como el nuestro, que estratégicamente es el portal de entrada a la Patagonia. Calidad que también se pretende consolidar como sello propio de Puerto Montt.
De ahí el inusitado entusiasmo que provoca la creciente adhesión ciudadana y, sobre todo de las autoridades, a los incipientes planes en torno a lo que podría ser la magna obra marítima del Puerto Montt del mediano plazo y del futuro. Más que nada, calibrando las potencialidades en alza del turismo de cruceros, en un planeta globalizado como el actual, donde el mayor anhelo familiar es recorrer el orbe. Un sueño cada vez más realizable.