A medida que avanzamos como sociedad, hemos ido mejorando ciertos aspectos de nuestra vida, como lo es la automatización de los procesos productivos, la incorporación de nuevos mecanismos que mejoren la calidad de los productos y por ende también, que permita que cuidemos de mejor manera la tierra, que es la que nos da el sustento para desarrollarnos como seres humanos, profesionales y sector económico. La agricultura, ha sido desde el inicio de las sociedades, el factor preponderante de los asentamientos humanos y de la formación de comunidades. En pleno siglo 21, sigue siendo una de las fuentes económicas y motor de sociedades como lo era en un principio. Este 21 de mayo, cumplimos un año más como gremio y continuamos bajo el mismo precepto con el que fuimos conformados: siempre esforzándonos para que en conjunto optimicemos los instrumentos para una mejor comercialización de nuestros productos, además de salvaguardar los intereses de nuestros asociados y del rubro ante toda persona o autoridad, y ante todo otro organismo sea público o privado.

Ya son 67 años de trabajo, de reuniones, de conflictos, de asperezas y de reconciliaciones, de firma de convenios y de ayuda a todos quienes trabajan y viven del agro en nuestra provincia. Creemos que hacer una propia autoevaluación de nuestra gestión a lo largo de este tiempo, podría sonar demasiado presuntuoso, pero basta ver todo el tiempo que llevamos como asociación gremial para darse cuenta que no lo hemos hecho tan mal, ya que nuestros asociados nos respaldan, con su permanencia, con su apoyo y colaboración para seguir creciendo como sector productivo y gremio. Cabe recordar a ese medio centenar de agricultores visionarios que tomaron la determinación de crear esta entidad, teniendo en mente que asociándose era la mejor forma de enfrentar los problemas comunes y que, con ello, tendrían una mayor representatividad ante las autoridades, tanto nacionales como locales.

Es así como hoy en día cobra real relevancia el generoso y visionario espíritu con que fue creada esta asociación.

Alexis Fuentes Loyola.

Ingeniero Agrónomo. Gerente de Agrollanquihue A.G.

Un lema que es primordial reforzar y sellar -como emblema actual de Puerto Montt-, es el de "puerta de entrada a la Patagonia", en calidad de registro propio de nuestra ciudad puerto en el marco del desarrollo de la industria sin chimeneas por estos confines.

Lo que es un destino ya asumido, conforme a la ineludible vocación en este rubro clave de una capital regional privilegiada de recursos naturales, dinamismo económico y ansias de modernización. Todo ello naturalmente canalizado en función de la marcha de esa gran palanca futurista que es el turismo en la aldea global que es hoy el mundo.

El Centro para el Progreso -que en el último tiempo no resuena mucho, pero que ha seguido trabajando silenciosamente por el bien de Puerto Montt-, subraya con énfasis esa orientación patagónica que debe tener la ciudad puerto.

Con esa finalidad, y con un sentido práctico- los integrantes del CPP consideran que es vital que el municipio solicite a la Armada una concesión por cincuenta años de toda la costanera. Y así gestionar un desarrollo armonioso de esta ribera costera -tanto tiempo postergado- que es esencial y determinante para la alta calidad turística que debe tener Puerto Montt. Incluyendo en ella, entre otros, paseos turísticos y miradores (con guardias de seguridad), provistos de áreas verdes y sin cemento, junto con la habilitación de un terminal exclusivo para cruceros internacionales en la zona de la caleta de Pichi-Pelluco, mientras se potencia como su principal enclave portuario el histórico puerto frente a Tenglo, sin olvidar a la isla que también espera su oportunidad. Más el complemento de nuestro inapreciable potencial de patrimonio encabezado por Monte Verde.

Este Mes del Mar es fuente inspirativa para reforzar, muy profundamente, la mentalidad turístico-marítima que es preciso tenga cada uno de los habitantes de nuestro puerto. En la certeza de estar en el rumbo correcto, en cuanto a la generación de los recursos desarrollistas requeridos y la mejor calidad de vida merecida.