Mañana es un día en el cual se suman voluntades de todos los sectores para lograr un censo que permita al país, no al Gobierno en particular, contar con más y mejor información para planificar el futuro en materias esenciales que permitan alcanzar mejor calidad de vida. Consecuentemente, todos somos beneficiados con ello, incluyendo las futuras generaciones. La rapidez de los cambios en materia ambiental, económica y social, exige que los Estados y territorios cuenten con información actualizada sobre su población en materia de vivienda, educación, nivel de ingreso, origen, entre otros aspectos. Por tanto, la calidad y rigurosidad del proceso permitirá contar con información actualizada y confiable, lo cual será un logro de todos. Hay buenos ejemplos de comprensión del interés de Estado del proceso, que es justo destacar. En varias comunas, independientemente del color político de sus alcaldes, se han exhibido carteles, información y llamados a la participación en esta actividad. Por otro lado, numerosas organizaciones civiles, clubes deportivos, agrupaciones vecinales y establecimientos educacionales, se han sumado a esta tarea. Asimismo, los funcionarios de muchos servicios públicos, como es el caso de Corfo en la región, han adherido en su totalidad, augurando un positivo resultado al final de la jornada. Mañana, no solo los censistas son los llamados a cooperar con dedicación y seriedad, aplicando los conocimientos adquirido en las capacitaciones, sino también las personas que serán censadas en los distintos lugares en que se encuentren. Una actitud cordial y receptiva, así como la responsabilidad en sus respuestas serán también un factor de éxito de este desafío. Prepararse para el censo, no es solo cuestión de esperar por los censistas, sino también de facilitarles el acceso hasta el punto de entrevista, señalizando el camino donde sea necesario, guardando los perros, donde los haya, instruyendo a recepcionistas o Conserjes, y en general, demostrando una clara voluntad de cooperación. Mañana somos uno, y como en toda tarea de interés de Estado, no prevalecen diferencias políticas, religiosas, raciales, de sexo ni otra índole. Todos contamos.

Adolfo Alvial Muñoz.

Director Regional Corfo Los Lagos.

Una de las carencias puertomontinas cada vez más tangibles, y que por momentos reprime la dinámica de la industria de cruceros en desarrollo por nuestras costas, se refiere a las limitaciones portuarias de Puerto Montt en cuanto a la recepción en muelle de los grandes transatlánticos, los que por esa misma falencia local se ven obligados a recalar a la gira en las aguas de la bahía, con las consiguientes molestias que implica el desembarque; lo que también inhibe bajarse a la ciudad a muchos viajeros internacionales. Los que, sin duda, sí lo harían con un acceso terrestre.

Esta preocupación, por cierto, no es nueva. Incluso, hace algunos años, la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de este puerto, -reconociendo esa limitaciones que afectan la marcha del recurso cruceros-, esbozaba la idea de habilitación de un terminal exclusivo para los mega transatlánticos que llegan a Puerto Montt durante su temporada de visitas y así posibilitar el aumento de esos turistas recorriendo y conociendo los principales atractivos patrimoniales, gastronómicos y paisajísticos de la capital de la Región de Los Lagos. Lo que obviamente significa substanciales ingresos económicos, que en el presente no se están obteniendo precisamente por esa condición deficitaria. De la cual, enhorabuena, cada vez hay mayor conciencia de superarla.

Prueba de ello, es el fuerte interés municipal existente -como lo ha expuesto el concejal del área del turismo, Fernando Orellana- por avanzar en este proyecto de un muelle único para acoger a los gigantes de los mares y sus apreciados turistas navegantes globales. El edil propone, en este caso, inspirarse en un proyecto que se realiza en Lima, Perú, que conoció y que solucionará una deficiencia crucerista similar a la nuestra. Estima que una obra marítima de esa envergadura en Puerto Montt, bien podría concretarse en las inmediaciones del que fuera el puerto petrolero, que reúne las adecuadas capacidades de calado para voluminosas naves como las descritas. Esta es una de las urgencias prioritarias de Puerto Montt en la era de los cruceros.