Un teatro lleno recibió a El Mesías, que llegó para contar su historia, sin importar la religión de quienes la disfrutaron. Los solistas fueron los encargados de dar el vamos en esta función, para luego dar paso a las voces alemanas y chilenas que se unieron y entremezclaron gracias al lenguaje universal de la música.

Así también sonaban los instrumentos de la orquesta y el Ensamble Residente del mismo Teatro, quienes unificaron sus melodías para dar como resultado las melodías creadas por Georg Friedrich Händel.

Una obra musical creada por el incomparable músico alemán en 1741 y que 275 años después sigue más vigente que nunca.

"Para esta Semana Santa hemos propuesto este proyecto donde los protagonistas tienen diferentes edades y nacionalidades: nuestros Coros -niños, jóvenes y adultos- del programa ¡Puedes Cantar! que realizamos con el apoyo de Fundación Ibáñez-Atkinson, nuestros músicos del Ensamble Residente con músicos y cantantes de diferentes lugares del país, se presentarán junto a colegas alemanes y cantantes del grupo Vox Animata. Parece muy complejo de explicar... Y lo es", explicaba Carmen Gloria Larenas, directora artística del Teatro, a los asistentes.

Emoción

Acompañados por soprano, tenor y contraltos, la audiencia percibía un espectáculo de calidad, una obra perfecta que hizo brillar los corazones de los presentes.

"Me motivó la música clásica, me gusta. Había venido otras veces a ver ballet y me ha parecido muy bonito. Había visto El Mesías cuando chico, pero ahora me pareció precioso, aunque no soy experto en la música", declaraba en pasillos Cristóbal Schoennenbeck. Opinión que se repetía en la mayoría de los presentes.

En la segunda parte del espectáculo vendría un aspecto aún más emocionante sobre las tablas del coloso frutillarino, puesto que subieron a escena las voces de los más pequeños coristas de la zona.