Marcelo Galindo Gallardo

Tres, de los cuatro días, pasó completamente mojada Javiera Campos Baeza (25 años), perdida en el copioso bosque de la zona cordillerana de Paso El León, en Cochamó.

Comió avellanas, murtas y algo de avena, que llevaba en su mochila. Bebió el agua de lluvia, rodó por una quebrada de 10 metros, convivió con la incesante lluvia y los animales, hasta que el miércoles pudo ser ubicada por una patrulla del Regimiento Arauco de Osorno, tras una intensa búsqueda llevada adelante por Carabineros, el Cuerpo de Socorro Andino, la FACh y los lugareños.

Todo partió el sábado alrededor de las 18 horas, después que se desató una fuerte tormenta eléctrica, justo a la hora que Javiera y su amiga Adriana Fernández estaban caminando por el bosque.

"Yo soy corta de vista, y me costaba seguir el sendero, y en ese lugar hay muchos senderos de animales, perdí el de los caballos y seguí otro. En la parte de arriba hay muchas huellas, seguía una, pero terminaba, y me costaba volver y entonces me seguía perdiendo. Hay lugares del bosque donde es muy tupido, con mucha quila seca y verde; todo muy resbaloso, muchas matas con espinas que eran muy difíciles de atravesar: Y cuando me caí, mi pie se encajó en una enredadera", relató Javiera Campos.

Frío

Para la estudiante de psicología, el principal impulso para seguir adelante era su familia.

"Ellos eran los que me daban la fuerza, porque me costó mucho; jamás pensé en tirar la toalla. Pensaba en mi gente y avanzaba, e incluso los primeros días junté un poco de agua con la lluvia. Llevaba un poco de avena y con frutos del lugar me mantuve sin hambre, pero el frío fue lo más difícil. Estuve mojada tres días, sin secarme, desde los pies a la cabeza; e incluso me costaba estrujar mi ropa, las manos y los pies aún lo tengo adoloridos", narró.

-¿De qué te alimentaste?

-Comí avellanas y murtas. Con la Adri (Adriana Fernández, su amiga), íbamos juntando murtas en el camino y guardábamos un poco para comer con avena y agua. Con eso pasé los días. Claro, tenía arroz y fideos; pero sin poder prender fuego en ninguna parte, no servía de mucho.

-¿Cómo fueron las noches en el bosque, muy sola?

-Sólo el primer día dormí en la carpa, pero después la malla de la carpa, el envoltorio, se rompió, se cayeron un par de varillas, y pensé en armarla con quilas o algo así. Pero no había espacio, después me seguí internando en el bosque y no había espacio para armar la carpa. Producto de ello, dormí en la carpa como en un panqueque, pero no era impermeable, me envolví, pero me mojé igual, y el segundo y tercer día dormí a la intemperie, claro envuelta, pero todo mojada.

-¿Tuviste miedo en algún momento?

-Fue cuando me caí río arriba en una quebrada de 10 metros. Me resbalé cerca de la cascada y me pegué en la cabeza. Cuando abrí los ojos, tenía miedo de algún corte, me asusté. Pero, no le tenía miedo al bosque y menos a los animales. Sabía que había pumas y jabalíes, pero no me alarmé y no tuve problemas. Incluso, el último día se acercó un animalito, creo que era un zorro; fue bien curioso, pero no pasó nada.

Me acompañaban algunas aves y el chucao me cantaba muy cerca. A veces gritaba y preguntaba 'Adriana, dónde estas'. Y gritaba que me picó una avispa, y también le preguntaba al río Steffen 'por qué me hizo el camino más difícil'.

Búsqueda

El general Jorge Karachón, jefe de la Décima Zona de Carabineros, reconoció al personal que trabajó en la búsqueda de la joven, entre ellos del Gope, de la Quinta Comisaría, del retén de Llanada Grande, Paso El León y de la Sección Aeropolicial. "Estos hombres pertenecientes a nuestra institución, fueron los primeros en llegar al lugar, buscando incansablemente a la turista perdida. Por este motivo, queremos reconocer la labor realizada, comandando la búsqueda en todo momento, lo que tuvo como resultado que la joven apareciera a salvo", manifestó la autoridad policial.