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El peso al nacer influye en la salud mental en el futuro

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Los niños que nacen con un peso sumamente bajo no sólo corren el riesgo de sufrir problemas físicos, sino que son también más propensos a experimentar problemas de salud mental, como ansiedad o depresión, a lo largo de su vida, según un estudio realizado durante casi 30 años. "Nuestros hallazgos ofrecen evidencias de que individuos nacidos con un peso sumamente bajo tiene un mayor riesgo general de sufrir dificultades sicológicas que los nacidos con un peso normal", señaló la directora del análisis, Karen Mathewson, de la Universidad McMaster, en Canadá. Esas dificultades implican "con, mayor frecuencia, problemas de atención, relacionados con la ansiedad y problemas sociales", agregó la experta.

Empleos que exigen esfuerzo físico pueden afectar la fertilidad en las mujeres

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Científicos de la Universidad de Harvard advierten que las mujeres que elevan cargas pesadas en el trabajo pueden sufrir una disminución de su fertilidad. El efecto sería incluso mayor en las personas con sobrepeso u obesidad y en las mujeres mayores.

La investigadora Lidia Mínguez-Alarcón, perteneciente a la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la mencionada casa de estudios, indicó que su estudio sugiere que las mujeres que están pensando en ser madres deberían ser conscientes de los potenciales impactos negativos que los turnos de noche y los grandes esfuerzos físicos podrían tener en su salud reproductiva.

Según resaltaron los autores a través de un comunicado, este es el primer estudio que establece asociaciones entre biomarcadores de la fecundidad y factores ocupacionales, ya que investigaciones anteriores sólo han sugerido un vínculo entre el horario de trabajo, los factores físicos del empleo y la fecundidad (es decir, la capacidad biológica para reproducirse), pero no habían medido de forma directa biomarcadores como los niveles de hormonas reproductivas y la función ovaria. Por lo tanto, tales trabajos sólo podían sugerir los eventuales mecanismos que subyacen en esas asociaciones.

Para llegar a esta conclusión, los académicos observaron varios biomarcadores de la fecundidad, entre ellos la cantidad de folículos antrales (pequeñas estructuras en el ovario que indican el número de óvulos inmaduros que quedan en los ovarios). Así, el equipo encontró que mover o cargar objetos pesados en el trabajo estaba inversamente asociado tanto al número de folículos antrales como a la cantidad de óvulos entre las mujeres.

Hallan gen que sacia el apetito y aumenta las ganas de ejercitarse

CIENCIA. El descubrimiento, hecho en gusanos que comparten el 80% de los genes con los humanos, podría abrir la puerta a fármacos contra la obesidad.
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Mabel González / Agencias

Investigadores australianos y daneses descubrieron un gen, presente en gusanos, que aumenta la sensación de saciedad y las ganas de hacer ejercicio y puede abrir la puerta a nuevos tratamientos de obesidad en humanos, según publicó esta semana la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Expertos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y de la Universidad de Monash, en Melburne (Australia), analizaron el comportamiento de un gen de un nematodo que transmite al cerebro una señal cuando el animal está saciado y regula la actividad.

"Cuando los animales están malnutridos buscan comida explorando su ambiente. Cuando están bien alimentados no necesitan explorar y cuando están saciados entran en un estado de somnolencia", explicó en un comunicado Roger Pocock, profesor de biomedicina de Monash.

Relación

El nematodo elegido, el Caenorhabditis Elegans, comparte hasta el 80% de sus genes con los humanos y alrededor de la mitad de ellos están presentes en la codificación de enfermedades humanas. "Debido a que el nematodo comparte tantos genes con los humanos, es un gran modelo para investigar y entender mejor los procesos metabólicos, así como las enfermedades en humanos", afirmó Pocock, citado por la agencia de noticias EFE.

A ello se agrega la simplicidad del cerebro de esta especie: sólo posee 302 neuronas y ocho mil sinapsis (conexiones entre neuronas), todo lo cual ya ha sido mapeado, de acuerdo con lo recogido por el medio británico Daily Mail. El cerebro humano tiene miles de millones de neuronas, más de 160 mil kilómetros de cableado biológico y 100 billones de sinapsis.

Posibles medicamentos

Los investigadores analizaron la respuesta del gusano al factor ETS-5 (proteína que secuencia el ADN y que controla las señales del cerebro a los intestinos) y descubrieron que una alimentación de mala calidad (con grasas y azúcares) lleva a seguir intentando alimentarse, algo que en mamíferos conduce a la obesidad.

Los investigadores creen que el estudio del comportamiento del ETS-5 en humanos puede permitir la creación de medicamentos que controlen el apetito y los comportamientos sedentarios.

Romper el ciclo

Asimismo, los especialistas a cargo del experimento consideran que este hallazgo podría ayudar a romper el ciclo de comer en exceso, no sólo porque desencadena una sensación de saciedad, sino que también la necesidad de dormir después de comer.

Roger Pocock, profesor de la Universidad de Monash y coautor del paper, explicó al citado diario inglés que cuando el intestino almacena suficiente grasa, el cerebro de estos gusanos recibe el mensaje que insta a dejarse de mover, generando sueño en el organismo.

Deambulando

De esta forma, cuando los animales están desnutridos buscan comida deambulando por su entorno. Cuando están bien alimentados, en tanto, no tienen necesidad de recorrer su espacio, mientras que cuando están completamente saciados entran en un estado de somnolencia, detalló Pocock, quien además destacó que el factor ETS-5 es el primer gen que se identifica que juega un papel en el control cerebro-intestinal de la alimentación y la actividad física.

kilómetros 160 mil

de cableado biológico contiene el cerebro humano, aproximadamente. 302

Estudio: Las neuronas ayudan al desarrollo del cáncer

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Las neuronas ayudan al desarrollo del cáncer a través del cuerpo, según una investigación dirigida por la neurooncóloga Michelle Monje, de la U. de Stanford. El estudio señala que, dado que las células cancerosas dependen de las sanas que las rodean para su sustento, los tumores desvían los vasos sanguíneos para alimentarse, segregan los productos químicos que luchan contra las respuestas inmunes e incluso reclutan y manipulan neuronas para su propio beneficio. Sin embargo, este patrón de comportamiento no sólo es propio del cáncer cerebral, sino también del cáncer de próstata, de piel, de páncreas y de estómago. "No hay ninguna parte del cuerpo que no esté bien comunicada por estímulos nerviosos. El sistema nervioso es un árbol que llega a todos los aspectos de cada tejido y contribuye de manera importante a su desarrollo", aseguró Monje.