Fue impresionante y esperanzador -por la sólida y fértil espiritualidad que reviste- comprobar como la reciente celebración de la Fiesta de la Virgen de la Candelaria -en Carelmapu y Alerce- se presentó como una de las más multitudinarias y fervorosas concentraciones de fieles devotos marianos y cristianos en general, registradas en los últimos años. Alrededor de 60 mil personas participaron, esta vez, en el tradicional encuentro. El cual también es una expresión profana, que reúne a una importante variedad de comerciantes y motiva la realización de otras actividades folclóricas y relacionadas con costumbres ancestrales.
Esto significa que junto a la característica religiosa -la principal-, del señalado gran festejo de la Candelaria, se adjunta la suerte de atracción turística que está ejerciendo en la gente, que llega de diversos lugares de la zona y de otras regiones. Muchos de los cuales no sólo anhelan manifestar su fe mariana, sino también disfrutar de los singulares atractivos costumbristas tan propios de los anfitriones.
En la ocasión, el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristián Caro, en la celebración de la misa del mediodía, hizo hincapié en el imperativo de educarse en la fe, que es la luz que guía a todo bautizado. Y que, en el caso de la Virgen de la Candelaria, esa candela es la que ilumina profundamente a las familias, especialmente en una sociedad que se está alejando del amor de Dios, según recalcó el prelado.
También, es de oportunidad recordar que el histórico templo de Nuestra Señora de la Candelaria de Carelmapu, que data de 1913, clausurado en 2012 al colapsar por grave deterioro, -luego de los trabajos restaurativos efectuados por la Fundación de Amigos de las Iglesias de Chiloé-, ingresará ahora a su etapa decisiva de reparación, en manos de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, obedeciendo al compromiso del Gobierno Regional y del Estado de Chile con este monumento nacional, declarado tal el 9 de enero de 1993.
Así, ojalá pronto, la Candelaria podrá volver a su casa original, en medio de la gratitud de todos.