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Triunfos de Jarry y Garín dejan a Chile 2-0 en la Davis

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Chile tuvo ayer un buen inicio en singles, en la serie contra República Dominicana por la Copa Davis, quedando 2-0 arriba en la primera fase del Grupo I de la Zona Americana. Y si bien Nicolás Jarry logró un sólido triunfo frente a José Hernández, a su compañero Christian Garín le fue menos sencillo imponerse sobre Roberto Cid.

Jarry, 312° en el ranking ATP y segundo singlista del equipo nacional, derrotó sin mayores problemas a Hernández, 263° del mundo y la raqueta número uno de los dominicanos.

El criollo se impuso en Santo Domingo por 6-3, 7-5 y 6,2 tras una hora y 49 minutos, en un match donde mostró un sólido juego de fondo de cancha y un servicio potente.

Para Garín (189° del ranking ATP), las cosas fueron un poco más difíciles y en un principio parecía que se complicaba la llave para los chilenos. Sin embargo, finalmente sacó adelante la tarea.

En un estrecho partido, la primera raqueta nacional le dio el segundo punto a Chile, tras vencer a Roberto Cid (507°) por 5-7, 6-1, 6-2 y 6-2.

Garín tuvo un inicio brillante en el match e incluso logró quebrarle al dueño de casa en el tercer y cuarto juego. Pero a partir de ahí, sorpresivamente se vino abajo.

El nacional tuvo tres "set points", pero no pudo mantenerse, al tiempo que Cid despertó y terminó llevándose la primera manga. No obstante, el chileno logró quebrarle al rival en el segundo set y recuperó su rendimiento. Finalmente, el iquiqueño se quedó con las mangas restantes. Ambos triunfos dejaron a Chile a un punto de quedarse con la llave frente a República Dominicana. A las 12.00 horas de hoy Hans Podlipnik y Nicolás Jarry enfrentarán en dobles a los dominicanos Nick Hardt y José Olivares.

¿Por qué tanto escándalo por decir que fallé?

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Por Harold Mayne-Nicholls

No puedo negar la sorpresa que me produjo las reacciones a la columna escrita la semana anterior.

La despaché desde Temuco, tras terminar -junto a mis compañeros de la Fundación Ganamos Todos- una maratónica capacitación de 16 días a 675 dirigentes de 32 comunas de la zona (ya escribiré más adelante de este proyecto) y no dejaba la zona cuando ya tenía varios mensajes respecto de lo publicado.

Uno provenía de un periodista, quien fue más bien crítico de mi gestión en la ANFP, que me felicitaba por lo escrito.

Como no recordaba que hubiese desarrollado un talento literario especial en el texto, releí lo despachado.

Mientras lo hacía, crecían las repercusiones.

Entonces decidí investigar. Y me encontré con la gran sorpresa de que el ruido no provenía por proponer una nueva modalidad para los sistemas de trabajo de las selecciones menores; tampoco tenía que ver con el perfil del candidato a dirigir las selecciones.

Las reacciones más bien venían por el simple hecho de hacer una pública autocrítica en mi labor como presidente del fútbol chileno.

Siempre he sido muy crítico de lo que hago. Hay muchísimas cosas que debí hacer mejor (partiendo por haber tomado más en serio los estudios, desde la básica hasta mi posgrado) en cada acto que emprendí.

Por ejemplo, cada vez que me preguntan en qué no estuvimos bien en el fútbol chileno mientras lo presidí, no escabullo la respuesta: "No haber sido capaz de convencer a los presidentes de los clubes de que la continuidad de nuestro proyecto traería nuevos y mejores beneficios al fútbol chileno y, por ende, al país".

Lo que digo, pues, es lo que pienso. Pero no siempre puedo actuar así.

El lunes caminaba tranquilamente por Santiago y me encuentro con un amigo: "¡Cómo es eso de hacer un mea culpa! No tienes que hacerlo ni siquiera en privado" me dice.

Quedé de una pieza.

Me cuesta entender una sociedad así. Una comunidad donde cada uno de nosotros creemos que todo lo hacemos perfecto y que nunca hay ni habrá lugar para reconocer que las cosas pudieron ser mejor o, simplemente, que no lo hicimos bien.

Desconozco las razones para esta actitud que está tan presente (pues esa noche me hicieron ver lo mismo en Copiapó y el miércoles me preguntaron sobre el tema en Coquimbo) en nuestro diario vivir.

Pareciera que la palabra fallé está prohibida (ni hablemos de fracaso, pues esa parece ser un insulto).

Hace unas dos décadas descubrí la palabra resiliencia (que en Estados Unidos usan hace bastante tiempo) y creo que su significado (capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas) debe estar siempre presente en nuestro diario vivir.

Porque en la vida nos vamos a caer, una, cien, mil veces y debemos levantarnos siempre. Para hacerlo, lo principal es saber los motivos de la caída. Y compartirlos con otros para enmendar rumbo y evitar que estos golpes de la vida se repitan.

Creo que ahí radica la principal falencia del fracaso de la Sub-20: no ser capaces de entender las razones que nos llevaron a ver, desde tan lejos, la fase final del Sudamericano de Ecuador.

Yo la puedo resumir (y esto también vale para la Sub-17): no se prepara a los seleccionados menores para mejorar su formación; lo hacen para la alta competencia, que requiere de un trabajo acorde a los tiempos que corren.