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Profunda preocupación existe en la Población 18 de Septiembre, por la acumulación de basura en una de sus viviendas.
Se trata de los vecinos del pabellón siniestrado el 30 de julio de 1914. Una familia del conjunto de viviendas convirtió en bodega lo que fue por años el hogar de un antiguo miembro de la Fuerza Aérea.
La casa quedó por herencia a una hija casada con el electricista Fernando Bassaletti.
Los vecinos aseguran que con el incendio del pabellón, quedó al descubierto la gran cantidad de cosas en desuso del trabajador.
"Continuamente veíamos que ingresaba a su casa con cajas y cajas, pero nunca sabíamos para qué", comenta una vecina.
Otra contó que hace tres años, al darse cuenta que la acumulación de artefactos y desechos fueron presionando la cerca de madera al igual que una mediagua que construyó, por lo que solicitó que levantara un corta fuego, pero nunca accedió, dijo Angélica Navarrete; por tanto, hizo la denuncia en el municipio, sin solución.
La familia Vargas, colindante, impactada, contó que guardaba tanta cosa que nadie nunca supo, hasta que los nuevos dueños que compraron la casa comenzaron a sacar el basural a la calle para limpiar.
Sin embargo, se sospechaba de algún basural por la mugre, los ratones y las grandes moscas que circulaban en el entorno.
Así llegaron a acumular alrededor de 80 metros cúbicos, calculada por las dos tolvas que sacaron de basura, quedando aún unas dos más, sin contar lo que se ha tirado en diversos contenedores de basura y otro tanto que se han llevado vecinos colindantes, según los nuevos dueños de la casa .
La gente más antigua del barrio acusan que este es un caso de "Mal de Diógenes", pero que lo conocían sólo por programas televisivos, tanto nacionales como internacionales, pero jamás habían escuchado algo similar en uno de los barrios más tradicionales de la ciudad.
Negación
Sobre la situación, el propio Fernando Bassaletti niega haber guardado basura, indicando que todo lo que había dejado en su casa eran cosas útiles. "Nada es basura, yo tenía muchas máquinas, televisores, computadores, notebooks de mis hijo y mío, todo estaba bien cuando lo dejé", dijo, indicando que desde hace dos años arrienda una casa y recién vendió la de "La 18", negando ser un acumulador.
Aseguró que vive de eso. "Los acumuladores tienen basura, pero yo tenía cosas que compro y vendo ,y otras son cosas que recibo para arreglar ya que siempre he sido electricista", argumentó.
Su negación es total, a pesar de haber tenido tres pisos de la casa con cientos de cajas y bolsas.
Una segunda casa en iguales condiciones se ubica en calle Esmeralda, donde vivieron sus padres. Hoy la vivienda está en juicio, porque está ocupada con las cosas de Fernando Bassaletti.
Quien desconoce la situación es un hermana, aunque tampoco niega el asunto, porque la casa que fue de su madre está en esas condiciones.
A la muerte de su madre todo se complicó. Los tres hermanos entraron en disputa por el uso indebido de la vivienda por parte de unos de los herederos. En la nueva casa, ya se evidencian algunas piezas que resguarda en su patio, pero la excusa es "lo que se lleva para vender".
Este problema, a juicio del psiquiatra Federico Venegas, es que estas personas "no tienen conciencia de la enfermedad; por lo tanto, no consultan porque no se consideran habitualmente enfermos".
Ante estos casos, es la familia la que tiene que ver esto cuando comienza a entorpecer la vida normal, familiar, laboral, contó el doctor Venegas, señalando que la mayoría de los casos tiene solución, pero hay que ver cada situación.
En el caso de los vecinos del barrio, por lo que han visto, están en riesgo sanitario constante, luego que incluso encontraran un enjambre de insectos entre la basura, que atacaron a una persona que está ahora en tratamiento con antihistamínicos.